Por: Chano Rangel
Como si se tratara de un juego de contrapesos, el presidente pone a prueba la unidad de la oposición, o mejor dicho, pone a competir a los adversarios en contra de sus huestes, con la finalidad de tener en activo a sus guerreros.
Más que una reforma electoral, que seguramente no pasará, por obvias razones, los partidos políticos no se pegaran balazos en los pies, ni si quiera aquellos que son afines a la 4T, porque de aprobarse esta reforma seguramente desaparecerían el PT, el Verde, PES, el PRD, y el priismo se vería seriamente amenazado en los próximos años.
La propuesta de reforma, va encaminada al fracaso, querer elegir a los consejeros a través del voto popular es una verdadera barrabasada, que al igual como la reforma eléctrica, no pasara pero si mantendrá los ejércitos de López Obrador, latentes y divisorios, la meta es saber cómo está el ambiente para el 2024 y si realmente AMLO, puede jugar con su candidata o buscar un buen aliado para la entrega del poder.
En el 2024, se tiene que ir, la reforma electoral es un arma de dos filos, que busca entre otras cosas perpetuar el poder del presidente más allá de su mandato constitucional, su sueño de perpetuidad en el poder presidencial, desde que llegó ronda por su cabeza, y los movimientos constitucionales, van encaminados en minar el camino, para el paso a un gobierno único y omnipotente.
Con la propuesta de reducir el número de diputados, de senadores y los recursos al INE y los partidos políticos, van también escondida la posibilidad de tener un congreso de puros representantes plurinominales, donde el voto popular sirva solo para darle fuerza a un partido político, que sería en este caso MORENA, que podría disponer de sus curules para sus mejores aliados y leales, no para los que fueron votados.
Interesante se torna, que un presidente que llego al poder bajo un esquema de partidos, democrático y con un INE fuerte y creíble, ahora quiera desaparecer, quiere quemar el puente, para que nadie cruce el río, primer síntoma de un gobierno dictatorial.
Pero también con esas acciones, el presidente mantiene viva la flama de la oposición, que acumula seguidores para la marcha del próximo fin de semana donde entre otras cosas, se podrá palpar la fuerza real de la oposición, y si algo le indigesta al mandatario es ver marchas fuertes y de protestas, que no son organizadas por el, ni su movimiento. Por eso ya tiene Palacio Nacional, con barricadas y cercado para su seguridad.
Pero volviendo a la reforma propuesta por el presidente, es también casi imposible pensar que los partidos políticos, salvo Morena, quieran aprobar una reforma que les quitará los recursos, que los mandará a la extinción, y que el dará a un solo partido todo el poder, al más viejo estilo del priismo de Echeverría y Díaz Ordaz; con un gobierno de un partido único, que organiza y decide las elecciones, que cuenta los votos y que los ciudadanos serían meros espectadores. Un verdadero retroceso.
Sin embargo, a como leí la propuesta parece un manuscrito de mal gusto, hecho al vapor, sin cuidado, pero si con la finalidad de molestar y sacar raja política hostigando a la oposición, con la única finalidad de mantener la llama de lucha de las tribus viva, la polarización a tope y la pelea por la presidencia lejos de los reflectores, una arma de ganar, ganar, porque si bien no pasará, le dará al presidente armas para atacar a sus adversarios políticos, echándose a la hoguera de sus seguidores dándole a sus fieles tela de donde cortar para el ataque y el exhibicionismo político en contra de sus adversarios.
El coliseo de la política está en ebullición el mandatario quiere la sangre de sus adversarios, la reforma electoral, es solo la carnada para saber de qué sabor estará el caldo del 2024, la doble moral y la imposición dictatorial parecen ser no podrán ser en este sexenio, esperemos que nunca, que el pasado impositivo del viejo PRI, quede solo en la historia oscura de nuestro país, nunca más hacia el abismo. Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Ahora que empiezan a salir más nombramientos comienza también la guerra interna dentro del morenismo, para hacer de estas posiciones una plataforma política que sirva como trampolín para competir en las urnas, algunos todavía no acomodan su escritorio y ya piensan en el 2024.
Ya son pocas posiciones las que quedan, de esas que quedaban, ya se dio una muy interesante la rectoría de la Universidad Tecnológica de Matamoros, que recae en este momento en Diana Masso Quintana, ex priista, pero con atributos de preparación propios y con una amplia trayectoria en el servicio público.
Sin lugar a dudas Diana, tendrá en su haber seguir consolidando la UTM, que es una de las acciones más exitosas de los últimos años, y traídas al territorio por Tomas Yarrington, han sido un éxito educativo, en todo el estado, y la alineación con el empresariado local, ha dado buenos profesionistas que cumplen con las expectativas del mercado, ahora toca el turno a Masso Quintana, liderar esta universidad, que funge como un organismo autónomo, pero que cada año se consolida en la educación superior en Matamoros.