Ciudad de México.- Tal vez sea culpa de una generación que cree que nada ha sido tan grande como lo que acaba de suceder.
La competencia es tan intensa que hay cuatro jugadores con la posibilidad de llegar al número uno del mundo.
“Este es mi cuadragesimosegundo Masters”, dijo el presidente del club, Fred Ridley. “Nunca había estado en una semana en la que hubiera tal expectativa”.
El motivo real de tanto alboroto respecto a que esta edición del Masters de Augusta pueda ser la mejor de la historia, se resume a un solo jugador: Tiger Woods.
El estadounidense volvió a competir después de una cuarta cirugía de espalda y para mostrarse repentinamente como el ganador de 14 Majors capaz de retomar la búsqueda de los 18 grandes que ganó Jack Nicklaus.
Woods definió toda esta expectativa en una sola palabra: “¡Wow!”
“Tengo cuatro rondas por jugar”, declaró el estadounidense. “Así que vamos a calmarnos”.
Nadie sabe tanto de expectativas como Woods. “Tengo que jugar y dejar que las fichas caigan en su lugar. Y ojalá, al final, termine en la cima. Pero tengo mucho trabajo por delante”.
“Por un motivo que aún no me explico, todo ha vuelto: mi velocidad, mi cuerpo, mi sincronización”, resumió el ganador de 14 Grand Slams y que no gana un Major desde 2008.