- En un comunicado, el organismo contextualiza las difíciles circunstancias sociales que motivaron a Salvador Rangel para negociar una tregua en periodo electoral
Ciudad de México.- El Centro Católico Multimedial aseguró a través de su editorial semanal que aquellos que le imputan complicidad, encubrimiento, amistad, pactos ilegales o asociaciones delictuosas al obispo Salvador Rangel por haberse reunido con miembros del crimen organizado se equivocan y consideró que el peso moral de su ministerio contribuye a poner un grano de arena en el fincamiento de la paz.
«El obispo no se ha sentado a la mesa para lucrar con el dolor, tener ganancias ilícitas, pactar la destrucción de los demás o procurar deliberadamente el delito».
El artículo dice que «por pura necesidad» el religioso se reunió con delincuentes, con la finalidad de llegar a acuerdos para pacificar y mantener, aunque sea por un período, una tregua para el desarrollo del proceso electoral en el Estado de Guerrero.
Agrega que voces a favor y en contra del hecho han salido a relucir durante la semana, «destacan aquéllas que, al interior de la Iglesia, han dado un espaldarazo al obispo; otras, y parece ser la mayoría, reprueban al religioso franciscano por la violación flagrante de la Constitución, la ley de asociaciones religiosas y culto público y de disposiciones penales por interpretaciones jurídicas forzadas y con el ánimo evidente de culpar, sumir en el silencio al prelado quien mete las manos donde la ley es tímido remedo de justicia para un Estado que parece fallido».
Se advierte que Guerrero se coloca en los primeros lugares en la comisión de delitos a nivel nacional, «sólo parece tener paz en el silencio de los sepulcros».
Resalta que en 2015, el Wilson Center publicó un informe sobre las múltiples causas del Guerrero violento y cruel cuyo mayor paradigma son los 43 desaparecidos de Iguala.
De acuerdo con el reporte, el Estado registra 40 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes; delitos como el secuestro y la extorsión son comunes y se presume que más de 95% no son denunciados por lo que prevalecen altos índices de corrupción e impunidad.
En 65 de los 81 municipios opera alguno de los diez grupos delincuenciales ligados al narcotráfico además de células guerrilleras y de autodefensas. El año 2017 se caracterizó por una alta incidencia de delitos, se reportó el asesinato de 20 políticos y tres desapariciones; en lo que va de 2018, cuatro personas dejaron de existir por acciones violentas.
El texto afirma que el clima de incertidumbre empuja a algunos candidatos a renunciar a sus aspiraciones por miedo de perder la vida. Además, encabeza el primer lugar en crímenes cometidos contra agentes de evangelización de la Iglesia.
«El en obispo Rangel tiene un protagonismo muy delicado que pocos aceptarían en este caos social. Mientras algunos acusan desde la comodidad de la oficina y cobijados por el fuero, un pastor hace el trabajo que no corresponde a un ciudadano común».