Ciudad de México.- Ayer renunció Germán Martínez a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En un comunicado puntualizó sus argumentos y, tras culpar a la Secretaría de Hacienda, remarcó la crisis del IMSS ante la falta de presupuesto, recursos humanos e infraestructura. Sin embargo, la primera renuncia en el equipo cercano de Andrés Manuel López Obrador también evidenció los conflictos internos.
Martínez señaló directamente a funcionarios de Hacienda de querer controlar el gasto, aplicar sólo recortes y, en suma, obstaculizar la tarea del IMSS de brindar salud a los mexicanos. “Algunos funcionarios tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud. En el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”.
Mientras Mario Delgado, líder de Morena en la Cámara de Diputados, pidió reconsiderar la renuncia, López Obrador lamentó la decisión de Martínez, pero dio su respaldo a las estrategias de Hacienda para mejor la administración pública. “Lamento esa decisión, pero afortunadamente hay muy buenos servidores públicos y vamos a sustituirlo. No se ponen en riesgo los servicios de salud. Sin duda, habrá otras (renuncias)”.
En el Senado, la oposición criticó los recortes en programas prioritarios y la falta de recursos en dependencias como el IMSS.
Germán Martínez subrayó que el control del gasto por parte de Hacienda tiene dos consecuencias fatales: “Una directa, con pasillos de espera llenos de personas adoloridas en la atención a pacientes. Y un segundo efecto indirecto todavía peor: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor gasto en el bolsillo de las familias ”.
Hace algunos días surgieron los rumores de que el canciller Marcelo Ebrard y el jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, renunciarían al gabinete, pero la sorpresa la dio Germán Martínez. Por cierto, Romo declaró ayer sobre la decisión de éste: “Una persona no es el Gobierno”.
