Por Pegaso
-Evo, ¿podríamoj vernoj ejta tarde?¿Cómo anda hoy tu agenda?
-Déjame consultarlo con mi secretario… Sí, si tengo tiempo para ti. Ahorita ordeno a mis escoltas que alisten el convoy.
(…)
-¡Qué bueno que vinijte, camarada! Fíjate que loj mejicanoj empiejan a criticarme porque te dimoj ajilo, te trajimoj en un avión, te pujimoj guardaejpaldaj y ejtáj viviendo a cojta de loj impuejtoj que pagan todoj elloj.
-Y lo que falta, conchudo. Te pedí a una peladinga para que me viniera a hacer el aseo a mi nueva residencia y no has cumplido. Se me hace que mejor me voy con mis tiliches a otro país donde me aprecien más.
-No, no, mira, Evito. Ahorita doy injtruccionej para que te manden a la chacha de mi caja. Ej muy trabajadora y cobra el jalario mínimo. Ademáj, ej nejejario para la Cuarta Tranjformajión apoyar a nuejtroj hermanoj de otroj paíjej jojialijtaj ante laj acometidaj de loj conjervadorej.
-Pues creo que tú también tienes un problema con los conservadores de tu país. Hay un viejo bigotón y otro chaparro que te chivean todos los días en las redes sociales, así que vamos pensando los dos a dónde podemos ir a pedir asilo político si las cosas se ponen feas en tu país.
-Ejos jon loj fifíj, loj de la mafia del poder que quieren jeguir con la corrupjióm, pero no van a poder hajer nada porque ejo je acabó.
-De todos modos, es una situación peligrosa. Recuerda que en mi país todo empezó con algunos generales del ejército inconformes y después las manifestaciones de protesta, las elecciones que salieron un poquitín mal, mi renuncia para evitar enfrentamientos y muertes en mi país.
-No te preocupej. Todo va a jalir bien. El pueblo me cuida, me quiere y me apapacha. Con el pueblo todo, jin el pueblo, nada.
-Eso decía yo y mírame ahora. Yo te agradezco, a nombre del pueblo indígena boliviano que me hayas acogido en tu país. Pero si siguen chiveando mejor me voy a Cuba o a China, donde ya me ofrecieron un penthouse de lujo, desayuno continental ejecutivo, escoltas y vehículos con bar incluido.
-No ej, para tanto, camarada Evo. Mira. Dejde aquí loj doj podemoj trabajar en la conjtrucjión de una América jojialijta, donde todoj tengamoj caja y comida, donde no haya emprejarioj rataj y no ejijta la corrupjión.
-No, pues eso está de chiparse. Así empecé yo, pero el poder y la lana son canijos. Ni el negocio de la coca me dejaba tanto como la Presidencia de Bolivia. Tengo un guardadito en El Vaticano y pienso dedicarme a vivir la vida loca, a menos que mis hermanos bolivianos me piden que regrese al Gobierno.
-Mientraj ejo ocurre, vamoj a pajar al comedor. Mi vieja me preparó unoj tacoj de tripitaj con frijolej en bola que ejtán para chuparje loj dedoj.
-¿Cómo dices, chupaco? Eso no comía ni cuando era un chulupi. Mejor me voy a Polanco donde sirven un filette mignon de primera, acompañado con un Chianti cosecha especial. Nos vemos, chau.