Por Pegaso
Volando por los nubosos y templados cielos de Reynosa, en plena temporada invernal, me viene a la mente la historia truculenta del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, conocido como «El Mártir de Lomas Taurinas».
El tema viene a colación porque apenas esta semana se desclasificó el video de su autopsia, a casi 25 años de su fallecimiento, aquel 23 de marzo de 1994.
Con el nuevo Gobierno Federal, poco a poco han ido surgiendo nuevos datos sobre el magnicidio.
La versión oficial dice que Colosio asistía a un evento de campaña en la colonia irregular Lomas Taurinas, de Tijuana.
Era un acto de unidad típicamente priísta. En un improvisado templete sobre una camioneta ubicada en la calle La Punta, cuatro oradores locales hablaron antes del candidato presidencial, y después dio su discurso, que no tuvo nada de especial.
Había un promedio de 4 mil personas. Colosio bajó del templete a las 17:08 horas y se dirigió a pie hacia su camioneta, para retirarse del lugar, acompañado por una reducida escolta personal.
Exactamente a las 17:12, cuando había caminado alrededor de 13 metros y medio, un individuo logró romper el cerco, poniendo un revólver Taurus calibre .38 en su sien derecho, cerca del oido y disparó, provocando la muerte inmediata, aunque también hubo un segundo disparo que impactó en el abdomen.
En medio de toda esa confusión, se logró la aprehensión de un sujeto joven, de unos 25 años de edad, de comñexión delgada, tez morena y pelo rizado, que después fue identificado como Mario Aburto Martínez.
De ahí pa’l real, todo es confuso, y hasta ahora no se sabe realmente quién ordenó la muerte del candidato priísta, pero se sospecha del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Se habló que había dos Aburtos, porque las primeras fotos en Lomas Taurinas son muy diferentes a las de la persona que fue presentada después ante las autoridades y que aún continúa detenido en la prisión de Puente Grande, Jalisco.
Yo me pregunto: ¿Cambiará algo con la desclasificación del video de la autopsia?¿Saldrá a la luz algún detalle que inculpe al gnomo maligno?¿Qué aventuras les esperan a Kalimán y a su pequeño amigo Solín?
Muchas veces me pongo a pensar qué habría pasado si no hubieran asesinado a Colosio. (Nota de la Redacción: Pos aún estaría vivo, güey).
Pienso que México no habría cambiado mucho, porque el fallecido era parte de un sistema basado en la simulación.
De hecho, aquellas palabras que dijo en su discurso del 6 de marzo de 1994, 17 días antes de que lo mataran, suenan a retórica: «Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla «.
Aún hoy en día existen factores que no permitirán el completo esclarecimiento del magnicidio.