Por Pegaso
Andaba yo volando por el caluroso cielo de Reynosa cuando recibí la noticia del fallecimiento de uno de mis personajes favoritos: Rius.
Rius no sólo fue un original caricaturista, historietista y escritor, sino que él mismo pasó a formar parte de su propia mitología.
Eduardo del Río García, junto con otros muchos caricaturistas que aderezan con sus trazos y mordaces ocurrencias las páginas de los diarios o revistas impresos, ya tiene su lugar en el cielo de los moneros.
Pero, ¿quién fue Rius?
Bajo ese seudónimo presentó la mayor parte de su trabajo creativo. Nació en Zamora, Michoacán, el 20 de junio de 1934 y murió el 8 de agosto pasado.
En su larga trayectoria publicó cientos de libros que gozan de gran popularidad en México y el extranjero.
Su tendencia fue siempre de izquierda, pero de una izquierda progresiva.
Era un acérrimo crítico al sistema político mexicano, a la política norteamericana y a la Iglesia Católica.
Uno de sus primeros libros fue «Cuba para Principiantes» donde ya expresaba su simpatía hacia la revolución de ese país y al bloque soviético, aunque más tarde corrigió su punto de vista con respecto a la isla caribeña con «Es una lástima, Cuba 1994» donde atacaba el régimen dictatorial de Fidel Castro.
En los años sesentas se inició como caricaturista en revistas y periódicos. Fue autor de historietas como Los Supermachos y Los Agachados; en los noventas participó en revistas como El Chahuistle y El Chamuco, desde donde siguió con su aguda crítica al Gobierno.
Los Supermachos fue uno de sus mayores éxitos y el que loc atapultó a la fama, sin embargo, por su postura política, pronto fue censurado y el editor de la revista le quitó los derechos de los personajes, cuestió que lo motivó a crear un nuevo cómic llamado Los Agachados.
Uno de sus personajes emblemáticos es un indígena que siempre lleva puesto un cobertor eléctrico en lugar del típico calzón de manta.
El personaje llanado Calzonzin lo concibió como una fuerte crítica a la corrupción del sistema político mexicano y a la restricción a la libertad de expresión que imperaba en el país.
Calzonzin vive en el pueblo imaginario de San Garabato, donde pasa una y mil peripecias por sus ideas políticas que incomodan al cacique local, Don Perpetuo del Rosal.
Y así, desfilaron por las páginas de los periódicos, en libros y revistas los personajes inolvidables del inolvidable personaje que fue Rius.
Hay otros muchos moneros que con su sátira, imaginación y picardía nos hacen esbozar una sonrisa cuando comprendemos el significado de sus trazos.
He aquí algunos de los más reconocidos:
-Qucho: Monero tapatío que empezó como dibujante deportivo. Pronto emigró hacia el tema de la política y la farándula, imprimiendo un estilo propio a su trabajo. Expresa sus ideas de manera amena, con un tono izquierdista.
-Pacote: Otro monero inclinado izquierdoso, también tapatío.
-Trino: Al igual que los dos anteriores, es originario del Estado de Jalisco. Tiene una forma muy graciosa de dibujar. Incluye diálogos manuscritos que acompañan a sus personajes.
-Magú: A veces distorsionados y surrealistas, sus personajes le sirven para expresar una crítica balanceada y casi imparcial.
-Alarcón: Sincero y directo, no tiene objeción alguna en atacar al gobierno en turno. Con su humor satírico dice las cosas tal como son.
-Terrazas: Aunque también ha incursionado en la política, está más bien encaminado hacia el deporte, donde es considerado como el mejor caricaturista por su estética, sátira y humor.
-Calderón: En forma de viñeta, sus trabajos van siempre dirigidos a la crítica. Es uno de los pocos moneros que no tiene tendencia izquierdista, lo que le valió varias críticas.
Uno de los personajes de Trino, El Santos, es una parodia de El Santo, el Enmascarado de Plata.
La Wikipedia lo define así: «Es una serie de historietas mexicanas de comedia y aventuras creada por José Ignacio Solórzano (Jis) y Trino Camacho (Trino), que aparecían semanalmente en el periódico La Jornada».
La historieta es considerada para adultos debido a los temas que presentaba. Logró ser tan exitosa que incluso se realizó una película animada titulada: El Santos vs. la Tetona Mendoza, que fue estrenada en el 2012.
Tal vez lo más característico de ésta tira cómica es su irreverente entrada reiterativa: «Estaba un El Santos un día platicando con su miembro…»
Entre los personajes que acompañan a El Santos se encuentran La Tetona Mendoza, El Peyote Asesino, Los Zombies de Sahuayo, El Cabo, El Diablo Zepeda, Las Poquianchis del Espacio y Los Cerdos Gutiérrez, todos ellos de algún modo dirigidos a criticar algún estereotipo de la sociedad mexicana.
Ahora que, no sé por qué la gran mayoría de los moneros comparten al menos dos características: Son de izquierda y son tapatíos.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso que dice: «Luego, entonces, ¿de qué tipo o clasificación inhalaste?» (Pos, ¿de cuál fumaste?).