Por Pegaso
¡Ahhhh! Como soy un Pegaso nostálgico, ayer me puse a recordar los programas de televisión de aquellos tiempos.
En la década de los 70, cuando todavía la mayor parte de los hogares no tenían televisión y una vecina nos permitía ver por la ventana las caricaturas en blanco y negro a cambio de veinte centavos, la vida era más relajada, sin soponcios ni sobresaltos, sin guerra sucia electoral, sin balaceras, sin desafueros, sin mañaneras…
Ya entrados los ochenta, se popularizó la telera a todo color, y mi padre nos compró una pequeña donde podíamos ver programas como Los Polivoces, El Chavo del Ocho, En Familia y muchos más.
Recuerdo muchos de aquellos comerciales. Al finalizar esta columna les diré cuál es el anuncio publicitario que más me gusta, tomando en cuenta que cada quien tiene sus propias preferencias y gustos.
Por lo pronto, recordemos algunos de los que más se repetían en aquellos tiempos, con sus ingeniosos y a veces ingenuos eslogans:
-Chiclet´s Adams, tipo americano. Siempre tengo algo que dar. (¿De veras?)
-Aeroméxico: Tres vuelos semanales a París. (Antes era como agarrar el camión).
-Ariel: Ariel, el del chaca-chaca. (De ahí se inspiró el Gordo Elías para su gustada columna policíaca).
-Bacardí añejo: Haga la prueba del añejo. (Y muchos han hecho la prueba del añejo, desde entonces).
-Banamex: Todo con el poder de su firma. (Pero de tanto firmar el banco te dejó en calzones).
-Baygón Verde: Su especialista en cucarachas. (Yo también soy especialista en cucarachas, je, jeee).
-Bubble Yum: Hace bombas grandototas. (A los niños les encantaba, porque las bombas grandototas les recordaba su etapa de lactantes).
-Café Legal: Económico y rendidor. (Ya descontinuado).
-Carlos V instantáneo: Mete tu cuchara. (Así empezamos muchos, luego nos hicimos periodistas).
-Chocolate Presidente: Te deja rico sabor a chocolate en la boca. (Sí, los hay sabor chocolate).
-Coca Cola: Hay que compartir. (Y cincuenta años después, obesidad, diabetes, hipertensión, coronavirus).
-Puré de tomate Del Fuerte: Y muero con decoro en los productos Del Fuerte. (Creo que este comercial pudo traumar a muchos, ya que eran unos sonrientes tomates que se lanzaban a una lata para que los hicieran puré, mientras cantaban el estribillo).
-Baterías Eveready: Es el pilón. (O sea, una pila grande).
-Hickok mancuernillas: Para el hombre sin límites. (Cuando creció se convirtió en capo de un cártel).
-Caché Machabeli: Tan individual como tú misma. (Descontinuado).
-Margarina Primavera: El rico sabor para untar. (Muchos sí se la llegaron a untar).
-Viejo Vergel: Por el placer de ser. (Y se ve al viejón con una correteable chamacona, tomando Viejo Vergel, por supuesto).
Hasta aquí la nostalgia de los comerciales. No cabe duda que tenían algo de ingenuidad, pero también sabían utilizar lo subliminal.
¿Y cuál es mi anuncio favorito? Aquel que decía: “Yo no uso Celsum Azul, porque no tengo caspa… ¡ni pelo!”
Vámonos con el refrán estilo Pegaso: “La totalidad de la dimensión temporal pretérita tenía características superiores”. (Todo tiempo pasado fue mejor).