Candelero/ AMLO ya “nos tomó la medida” a todos. Pero….

Por: Abraham Mohamed

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Creo que al paso que va el señor Presidente Electo López Obrador, enarbolando la bandera de “la democracia participativa” y con el estandarte de la “Cuarta Transformación de la República para Mejorar la Vida Pública de los Mexicanos”, ya debe tener en mente que, para reelegirse bien podrá lograrlo si realiza otro referéndum o sea “Consulta Popular” como la que “exitosamente” hizo con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en lo que coincido con lo que ya divulgó el banco suizo UBS.

Esa prestigiada institución financiera visualiza la posibilidad de que vaya a presentarse una iniciativa para reformar la Constitución, algo que ya han deslizado propio AMLO y sus corifeos que mayoritean a Senadores y Diputados en el Congreso de la Unión, porque según él, como en la “democracia participativa no hay corrupción porque es el pueblo el que manda o dispone” piensa tener una muy buena herramienta legal para hacer todo lo que quiera en el ejercicio del máximo poder que, obviamente, podría extender otro sexenio “si el pueblo sabio así lo decide”, tal como lo hizo con solo 717 mil de “esos sabios” que con “su consulta” decidieron parar para siempre la construcción del NAICM pues para ellos ahí hay enorme corrupción donde los contratistas se roban el dinero público y que, por lo mismo, lo autorizaron con su voto para que al asumir el 1 de diciembre la Presidencia, suspendiera la obra “aprobándole” eliminar la Base Aérea de Santa Lucía para adecuarla con dos pistas más, construir instalaciones para aviones y pasajeros, y abrir accesos invirtiendo $60 mil millones de pesos.

En ese proyecto se reacondicionará el actual aeropuerto “Benito Juárez” aunque esté fuera de norma, porque sus dos pistas solo tienen 300 metros de separación en vez de los 1,500 metros requeridos para mayor seguridad, por lo que no se pueden realizar operaciones simultáneas, además que la pista 5 derecha es altamente riesgosa para los aterrizajes por la turbulencia que causa el tráfico terrestre, o sean los miles de vehículos que transitan muy cerca de ella.

Ah, y también los del “pueblo sabio” votaron porque se rehabilite el aeropuerto de Toluca.

Según AMLO, informado por sus técnicos, el señor José María Rioboo quien ahora dice que ya no será contratista, sino calculista (¿qué calculará?), y Javier Jiménez Espriú quien será el Secretario de Comunicaciones y Transporte en su gobierno, nos anunció que solo se necesitarán tres años de trabajos y $65 mil millones de pesos en total para “arreglar” y dejar a todo dar, multifuncional y con excepcional seguridad, todo ese sistema aeroportuario metropolitano y ¡ahorrándose $100 mil millones!  Pero no dice que al paso de diez años, ya estarán saturados los tres, si es que antes no ocurre una terrible catástrofe por los problemas técnicos y de seguridad que han advertido reconocidas organizaciones de expertos tanto en el actual aeropuerto “Benito Juárez” como en el de “Santa Lucía”.

Según declaraciones de Federico Patiño, director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) los trabajos de construcción del NAICM continuarán hasta el último día del gobierno del Presidente Peña Nieto que será el 30 de Noviembre, para cumplir en tiempo y forma con los compromisos contraídos con empresarios, financieros e inversionistas que han intervenido en esa majestuosa obra, que nos daría prestigio mundial e inyectaría fuerte impulso al desarrollo de nuestro país.

Hay quienes, piensan que AMLO puede todavía reaccionar  y cambiar la decisión de parar la construcción del NAICM –concesionando la obra a los particulares- obligado por las reacciones negativas surgidas de inmediato tanto de los empresarios nacionales y extranjeros, como de los mercados internacionales que se han reflejado en la paridad peso-dólar, (hoy en la noche ya se cotizaba a $20.50×1);  en el desplome de las acciones empresariales en la Bolsa de Valores, que en un solo día registraron pérdidas por más de 17 mil 500 millones de pesos, y también porque las calificadoras como Fitch en Pemex y Morgan Stanley a México, han retirado su certificación al país, por el riesgo para empréstitos e inversión debido a la incertidumbre que prevalece.

La falta de apoyos financieros puede llevar al país a una brutal recesión con inflación que tendría gravísimas consecuencias ya no tanto para Peña Nieto que está a un mes de terminar su mandato, sino para el mismo López Obrador.

Ese “pueblo sabio”, -como lo llama- que con 30 millones de votos lo eligió como su Presidente y que ahora solo fueron 747 mil quienes lo respaldaron en su “Consulta Popular”,  serán los que más le reclamarán el incumplimiento de todo lo que les ofreció, pues en vez de sacarlos de la jodidencia  les puede agudizar el hambre y las carencias con “las malas decisiones” que tome, aunque el mismo López Obrador “les puede voltear la tortilla” , respondiéndoles que solo respetó su decisión al votar en la Consulta Popular.

Y algo que termina de poner los pelos de punta es que se ha desatado una feroz campaña contra los directivos del Banco de México por los altos sueldos que perciben, superiores a los 108 mil pesos mensuales que se fijó como salario presidencial López Obrador ordenando que ningún funcionario gubernamental debe ganar más que él, pero trasciende que el fondo de esa campaña es hacer que renuncien al cargo para colocar ahí gente suya pues el propósito es apropiarse de Banxico, y que ya no sea autónomo, para poder disponer de las reservas internacionales “si fuese necesario” para cumplir con la Cuarta Transformación del País que es la médula de su Plan de Gobierno 2018-2024  ¿o hasta el 2030?

Yo de plano creo que López Obrador Electo ya nos tomó la medida y confiado en los 30 millones de votos que obtuvo para adueñarse de los tres Poderes -Ejecutivo, Legislativo y hasta del Judicial- por eso actúa con desparpajo, gozoso, amenazante, disfrutando la confusión, la incertidumbre y la cobardía de muchos, y el miedo que infunde a quienes traen delito, sintiéndose el poderoso amo y señor que ejerce una Dictadura Perfecta legalmente instituida, aún sin tomar posesión como Presidente de México.

Yo me pregunto: ¿Cambiará su actitud actuando como un auténtico líder que procure la unidad nacional y se proyecte al mundo como un patriota estadista al ponerse la Banda Presidencial y sentarse en la verdadera Silla del Aguila?

Deseo que así ocurra para borrar de mi mente aquella grotesca imagen que se me quedó grabada en el 2006 cuando lo sentaron en una ridícula “Silla del Aguila” de utilería, colocándole Rosario Ibarra un trapo con los colores patrios como banda presidencial y él auto llamándose “Presidente Legítimo”.

El será ahora sí, a partir del 1 de diciembre, el verdadero Presidente Legítimo de los mexicanos y como tal, por su investidura, merece nuestro respeto y apoyo siempre, pero respetando estrictamente la Ley, los Derechos Humanos, sumando esfuerzos por las causas justas y que sean en beneficio de la Patria.

Jamás seremos sus lacayos.

Yéndole bien a él, le irá bien a la Patria y a todos nosotros.

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