EL DERECHO A VOTAR Y SER BOTADO
Me queda claro que los partidos políticos, las organizaciones políticas, las estructuras de poder escogen y proponen a los hombres y mujeres posibles para que se confronten en una campaña electoral, y nosotros los del pueblo, debiéramos tener el derecho y la obligación de votarlos y botarlos.
Hay hombres y mujeres de gran calado, de buena imagen pública, los hay de piel de cebolla o piel dura.
También hay otras que le abren la puerta de los partidos a sabiendas que son payasos o que toman la elección y su vida a chunga.
Nosotros sabremos a quien le daremos el privilegio de que nos gobierne.
Los partidos internamente pueden y deben decidir a quién mostrarnos como candidato y nosotros votaremos o botaremos.
Ahora los problemas y sinsabores que tengan los partidos para llevar a cabo la selección debería ser algo que solamente importara a ellos, de todos formas vamos a votar por el menos malo, como dicen ahora, por el que tenga menos negativos.
Nadie, nadie tiene el triunfo garantizado, ahora existe más competencia, hasta candidatos sin partidos.
Existe una rara lectura de las empresas encuestadoras, no le dan importancia al número de los que no contestan y los que no encuentran en ese momento.
La diferencia son apenas mínimas, de tal manera que cuando empiecen las campañas el 30 de marzo ya no estarán jugando solos, estarán jugando con el equipo para senadores, diputados y en algunos casos que corresponda para presidentes municipales sin olvidarnos de los regidores y síndicos.
Todo un ejército de guerreros que van a buscar persuadir a los votantes para inclinar la báscula a su favor.
Pero se da el caso que sin importar los negativos los partidos accedieron a entregar la candidatura. O sea que les valió, una dos con sal.
Que sea lo que el pueblo mande.
A partir del día y por 90 días oiremos las propuestas, veremos de cómo sientes que los candidatos puedan administrar mejor con el país que reciben.
Por ejemplo, la reforma fiscal ha rendido buenos frutos, tan es así como los 32 estados y los más 2400 municipios han recibido más dinero derivado por los mejores resultados de la recaudación, por el alto precio del combustible que se vende en cada uno de los estados y de los municipios, del Impuesto especial sobre producción y servicios, por las multas federales que recauden o por la intervención de las oficinas fiscales que ayuden a cobrar.
Tamaulipas en ese aspecto lo está haciendo bien, ARTURO SOTO el subsecretario de ingresos está haciendo bien la tarea, al hacer acreedor al estado en 700 millones de pesos excedentes.
Lo que a más de uno haría suponer que el crédito autorizado por el Congreso del Estado al Ejecutivo para cubrir los remanentes presupuestales ya no lo necesitarán.
Los candidatos reciben un estado mexicano aunque haya más recursos económicos con una gran deuda pública, un sistema de pagos de pensiones que hará insostenible su viabilidad, entendiendo que el 40% (de 5 billones) se lo llevara el pago de intereses y pensiones.
Habrá poco margen de construir la infraestructura que el país necesita, por una simple y sencilla razón, las utilidades que genera la industria, el comercio y la banca, todas en gran parte de capital extranjero se irán a su país de origen.
Recibirá la presidencia de la republica aquel candidato más votado con un alto grado de falta de confianza y un alto grado de exceso en la inseguridad, amén del grado inaplazable que provoca la corrupción y la impunidad.
No será perita en dulce, escuchar para decidor el voto.
Me queda claro que esta competencia electoral explicará su triunfo por la influencia de los medios digitales.
Ahora, partidos, contendientes, simpatizantes, estrategas de campaña, ciudadanos e incluso autoridades opinan de las elecciones y de la vida pública a través de las redes sociales.
Pero, ¡¡ojo!!.
Ciertamente nadie podría decir que los medios tradicionales han quedado en desuso o que han dejado de ser herramientas para que la población ejerza su derecho a la información, y que en períodos electorales los votantes se informen de las propuestas de los contendientes y ejerzan sus derechos políticos en las urnas.
Los datos hablan por sí mismos: la televisión y los periódicos siguen siendo el principal medio para enterarse de los asuntos políticos para 7 de cada 10 personas. Pero también es innegable que los medios digitales han ganado un terreno muy importante.
Lo importante con los medios es GENERAR CREDIBILIDAD.
Y para muchos jóvenes los medios digitales constituyen la única fuente que utilizan para saber de los asuntos públicos. Nunca antes la pluralidad de medios se había convertido en un factor tan relevante para el buen funcionamiento de una democracia.
En este sentido, lo más delicado es la manipulación de la información y la generación de noticias falsas. Prácticamente cada usuario con un teléfono inteligente y acceso a la red puede actuar como un reportero ciudadano, pero sin controles editoriales ni rigor periodístico.
Esto facilita que las simpatías y fobias propias de una contienda electoral se traduzcan en información falsa tendiente a incidir negativamente en la opinión de los votantes sobre un candidato o una fuerza política a través de la divulgación de hechos falsos, de la manipulación de imágenes, de la falsificación de documentos y discursos.
Es claro que la desinformación en la era digital es un tema complejo. Sin embargo, mientras esto sucede, es necesario que los medios digitales, las empresas de las redes sociales, la sociedad y las autoridades electorales asumamos un rol responsable de cara al proceso electoral más grande de nuestra historia democrática y que se genere credibilidad.
Mejor vamos a apostar por la información es lugar de la censura.
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