Por: Chano Rangel
Durante muchos años, casi un siglo, nos dijeron que la revolución mexicana había hecho que, este país fuera otro, quizá si, los próceres de la revolución mexicana, uno a uno fueron liquidados por sus pares, hasta que el presidente Lázaro Cárdenas, exilia a Plutarco Elías Calles, para poder gobernar un país, convulsionado en sus clases sociales.
Para esa época, no existía, lo que hoy llamamos la clase media, media baja y media alta, que en su conjunto, conforman, un 35% de la población, son ejecutivos de bancos, de empresas, profesionistas y muchos que por su esfuerzo y trabajo, han podido conquistar alguna mejora económica, para ellos y sus familias.
La clase pobre un 50% más o menos, a disminuido, más por merito personal, que por dadivas gubernamentales, demostrando con ellos, el rotundo fracaso del Desarrollo Social, en nuestro país. Dejando una estela de pobreza y marginación en todo el territorio nacional, muchos políticos ricos y varios millonarios al vapor.
Pero algo ocurrió, la clase media, jamás se definió por un candidato de manera corporativa, primero porque no pertenecen a un sindicato, algunos son sus propios patrones. Y sus ingresos no dependían de un partido u otro. Razón por la que su voto, es el famoso voto suitcher. Tan peleado y añorado por cualquier político en las ultimas 5 décadas.
Pero algo pasó, ese segmento poblacional, se llenó de hartazgo, y por primera vez tomó partido, y pintó de guinda el país entero, la clase media, se volvió de izquierda, sus razones son entendibles; cosa que aun los partidos hegemónicos, como el PRI y PAN, a nivel nacional, no alcanzan a entender. Que fue lo que pasó.
Una elección como la del 01 de julio, dejó muchas lecturas, y más muertos políticos, primero que la revolución y el mito, llegó a su fin, que el sindicalismo y su voto masivo, era una mentira desde hace muchos años, y que el enojo del sector patronal, era que su voto, valía lo mismo, que el de sus empleados y obreros. Para muchos empresarios, era inadmisible, que su fortuna fuera de varios miles de millones de dólares y su voto, valiera exactamente igual, que el de una asalariado de mil pesos por semana. Vaya paradoja.
Pero eso no lastima, lo que enojó y provocó un Tsunami y una fuerte ola guinda fue el hartazgo, donde las promesas del sueño revolucionario, se fueron quedando en lápidas de millonarios, donde los revolucionados era pobres y los revolucionarios se hicieron ricos, sobre todo los generales. Donde se creó el mito, que la revolución era para vivir mejor, que los padres del movimiento eran próceres de la democracia y la igualdad, con la única diferencia, que unos vivían en mansiones, y sus revolucionados en casas de Infonavit.
Ahora la promesa, que será según el líder del movimiento, Andrés Manuel López Obrador, un hombre tozudo, que será la cuarta transformación de nuestro país. Y de todo corazón le deseamos que sea para bien, que a todos los mexicanos nos vaya muy bien. Porque de lo contrario lo que si duele y enoja, es ver tanta jodidencia en nuestro país. Y sobre todo, lucrar y que ese segmento de pobres, genere millonarios al minuto, eso realmente es doloroso. Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
Han bajado las aguas, la política estatal, estará de vacaciones a partir de hoy, un servidor hará lo propio, nos vemos en 10 días, hay que darle al cepillo, la garlopa y la lija, mi pasatiempo favorito y una que otra jugada de Golf, la otra pasión de un servidor.
Pero ya el carretón comenzó a caminar, y el agua trajo escenarios diversos, en el PRI de Tamaulipas, los zopilotes vuelan en su comité estatal, reflejo del abandono del CEN nacional, que dicho sea de paso anda por el mismo asunto. Las aves carroñeras, quieren apoderarse de los despojos y desechos del Tsunami guinda.
Lo nacional, se lo llevó MORENA y lo local el PAN arrasó con las alcaldías, dejando al PRI, como huérfano, haciendo un papel poco decoroso en toda su historia, además, que ahora sus hermanitos pequeños, como el PT, serán sus pares y ya no mas, paleros. Que cosas da la vida.
Después de todo, este movimiento, y la desaparición de partidos a nivel nacional, quizá le toquen un poco más de pluris al priismo, y este un poco menos peor, pero de algo si estamos seguros, las cosas en el PRI y sus adversarios, jamás volverán a ser igual. Al tiempo.