Por: Chano Rangel
En un escrito dado a conocer por el dictador mexicano, Porfirio Díaz, hacía alusión a que, en algún momento, el país podría estar peor, que si había espacio para caer aún más; y en esa frase que acuño el oaxaqueño que textualmente decía: No hay momento tan bueno, que no se pueda estar mejor, ni momento tan malo, que no se pueda estar peor”.
Muchos mexicanos criticamos a Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto, cada uno con un estilo particular de trabajar, de hacer y decir las cosas, pero en ningún momento, se la pasaron echándole la culpa al pasado, ni a sus adversarios políticos de sus propios errores.
Ser gobierno, estriba en la responsabilidad de tomar decisiones, en mucho de los casos controversiales y difíciles, pero para eso los ciudadanos los eligen, para que sea el ejecutivo, quien tome las riendas y medidas, que 126 millones de mexicanos, tardaríamos años en ponernos de acuerdo y quizá nunca lo lograríamos, para eso elegimos, aun poder ejecutivo, en México, es el presidente de la república. Este presidente una vez al ser electo debería de asumir la responsabilidad de gobernar para todos, no solo para los que votaron por él y su clientela electoral.
La historia de lucha, que, por más de 2 décadas mantuvo el presidente López Obrador, para por fin alinear los astros y llegar a la presidencia de la republica, en su última intentona, deja claro que en más de 20 años de lucha el aprendizaje fue en vano, y ser gobierno le ha quedado grande en su ideología y actuación, porque no es lo mismo ser borracho, que cantinero.
La retórica del presidente sigue enfrascada en más de lo mismo, mentir se ha convertido en la moneda de uso de esta 4T, por razón humanitarias, y eso es entendible, a última hora se han hecho compras extraordinarias de equipos médicos, medicamentos, equipo de curación, análisis de laboratorio y gases medicinales, además de contratar de manera urgente médicos y enfermeras. Contrario a lo que se anunciaba hasta hace unas semanas de la desaparición del seguro popular y la entrada en vigor del INSABI, y todo resultando una galimatías, que aún no se de cifra, y así quedara, porque ya la Marina y la Sedena, entraron por la emergencia a administrar y operar muchos de los hospitales que el INSABI, tenía a su cargo.
Las compras de pánico, se hicieron sin licitación y fueron por adjudicación directa, como han sido el 70% de los contratos de este gobierno de la transparencia y derroche de honestidad; sin embargo, decir y presumir que el país, estaba listo para enfrentar la pandemia del COVID-19, desde enero, deja claro una gran mentira, con las compras de pánico y la reconversión hospitalaria de último momento; dicho de otra manera la forma de pensar del presidente, dejó sin margen de maniobra al sector salud, para poner en marcha un plan de contingencia, mientras el presidente Obrador, sigue creyendo en un poder divino de salvación.
Mientras eso pasa y el país, ve como países que decían tener un sistema de salud de “primer mundo” sufre estragos por el COVID-19, Italia, España y Estados Unidos, que, por intereses políticos, detuvieron y aguantaron declarar una emergencia, hoy sufren esas consecuencias, muy diferentes a China, Corea, Alemania y los países nórdicos, que han hecho las cosas correctamente.
Pero esto países, también cuidan de su gente, sin importar color o ideología política, porque en una democracia pensar diferente es parte del guión, y así se debe de entender; arremeter contra quienes piensan distinto es una aberración, pero peor aún, echarle la culpa de tus errores a todos y al pasado, deja y muy claro, quienes tienen la razón.
Apoyar la improductividad, no es la salida, para conservar los empleos, primero debe de haber empleadores, y sin estímulos y apoyos, estos se irán a la quiebra, la pequeñas y medianas empresas, que conforman el 90% de la empresas de este país, no son la mafia del poder, y necesitan forzosamente incentivos en momentos críticos como los que vivimos hoy por la emergencia sanitaria, la población esperaba medidas que ayudaran a salir en corto tiempo adelante a la nación, no fue así.
Aumentar el gasto social, sólo dejará al país, con más deuda pública, apoyar proyectos como el Tren Maya, La refinería de 2 Bocas, y el Aeropuerto de Santa Lucía, solo beneficiara a los grandes empresarios, a los que el presidente López Obrador, tanto critica y ataca, pero le deja en sus manos las grandes inversiones, ¿contradictorio verdad?
Mientras eso pasa, ningún estímulo a los pequeños empresarios para salvar 5 o 8 empleos, ningún estímulo al comerciante, que ocupa a la propia familia, para ellos nada, pero las ninis todo, para la cliente electoral, se amplia los apoyos, y para sostener una base con credencial de elector, que garantice a la 4T, su continuidad en el poder, es un acto mezquino, que este gobierno pagará muy pronto en las urnas.
Sin apoyos y sin incentivos, parecer ser, que la ideología del presidente sigue siendo plana, sigue culpando a sus adversarios de sus errores, sigue sin asumir la realidad del país, sin creer que la pandemia es seria, que las estampitas religiosas, de poco servirán y que, si la crisis de salud es grave, la económica, pinta aun peor, y que hay margen para estar peor.
Al tiempo.
De aquello y lo demás…
Mire que mientras el presidente daba a conocer su discurso, trillado y poco creíble ya, el gobierno del estado, se adelantaba y daba a conocer las medidas para ayudar a los tamaulipecos, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, anuncia medidas y estímulos fiscales para las empresas en Tamaulipas y aquellos que cuentan con establecimiento semifijos.
Estímulos en el pago del 3% en el pago, del Impuesto Sobre Nómina, la condonación del pago de agua potable en todo el estado, para los que estén al corriente en el pago del consumo del agua, además de incentivar con 60 Millones a comerciantes y puestos semifijos.
También se garantizará el acceso de todos los tamaulipecos a la salud pública y medicamentos, además de otras medidas, que van encaminadas a solventar en una gran medida los gastos fijos de las pequeñas y medianas empresas de la entidad. Sin lugar a duda el presidente de la república, dejo en manos de los gobernadores opositores el rescate del país, porque los gobernantes de su partido, son los únicos que no hacen nada, como los de Veracruz, Tabasco, Puebla, Chiapas.
Un ejemplo claro, de dejar ideologías y trabajar en serio se da en Reynosa, donde la edil Maki Ortiz, asumió el compromiso como primera autoridad y de manera emergente, destina 60 millones de pesos, para incentivar la economía local y salvaguardar el patrimonio de las familias reynosenses.
Maki Ortiz, fue la primera autoridad municipal en la entidad, que actuó de manera firme, para contrarrestar en la medida de lo posible, los efectos negativos en la economía y salud, de la pandemia del coronavirus.
Medidas, como las tomadas en Reynosa, se esperaban a gran escala en el país, pero no paso, así lamentablemente; sin embargo, el municipio de Reynosa, con recursos propios, enfrenta su tarea de servir y hacerlo bien, con los gobernados.