Este jueves, las cotizaciones en Wall Street fueron suspendidas inmediatamente después de la apertura, ya que los principales índices cayeron más del 7 %, lo que supera el límite diario.
Hasta ese momento, los índices bursátiles de EE.UU. experimentaban una fuerte caída. El Dow Jones Industrial Average perdía un 7 %, más de 1.600 puntos. El S&P 500 y el Nasdaq también sufrían una caída del 7 % cada uno.
Al reanudarse las negociaciones, el panorama no cambió, los índices continuaron a la baja. El S&P 500 ha perdido un 8,3 %, Dow Jones el 9,2 % (hasta los 2.000 puntos), y Nasdaq Composite, el 8,4 %.
Estas situaciones son catalogadas por los economistas y operadores de la bolsa de Wall Street como «bloodbath» o, en español, «baño de sangre» de las acciones, que se conducen a la baja.
La suspensión de las operaciones de este jueves en Wall Street fue la segunda realizada esta semana. El pasado lunes, las cotizaciones se detuvieron brevemente, luego que el Dow Jones cayera casi 1.900 puntos.
Por segundo día consecutivo, las acciones estadounidenses están sufriendo pérdidas. Este miércoles, Wall Street cerró en rojo y el Dow Jones perdió 1.467 puntos (-5,86 %), hasta ubicarse en los 23.551. Por su parte, el Nasdaq y S&P 500 también cayeron en picado: el primero bajó 392 puntos (-4,70 %) hasta los 7.952 y el segundo perdió 141 puntos (-4,88 %) quedando en 2.741.
Esta caída llevó el Dow Jones al mercado bajista y puso fin a la tendencia alcista, que duró 11 años.
Crisis del coronavirus
La caída del lunes se dio en medio del temor por el brote del coronavirus y la baja de los precios del petróleo.
Este jueves, sigue el nerviosismo por el coronavirus, luego que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el brote como una pandemia.