Por Pegaso
«¡Esta mañana en Hechossss!»-se escucha la voz varonil y medio aguardentosa del conductor estrella de Tele Aztuerca, Javier Enlatorre.
Momentos más tarde, ya encarrerado, el bigote de quemador pide a la audiencia que no le hagan caso a Hugo López-Gatell (Subsecretario de Salud), porque asegura que sus datos no son correctos y hasta aburre con su diaria perorata en el Mañanero y en el Nocturno.
Cuando llegó el Pejidente al poder favoreció visiblemente los intereses de Tele Aztuerca y empinó a Tele Risa, que durante casi los 20 años que anduvo en campaña, no le quitaba la pata del pescuezo y encabezaba a los de la Mafia del Poder.
Finalmente llegó la suya y como dicen, «la venganza es un platillo que se disfruta mejor frío», el bueno de ALMO le quitó a su amigo Rucardo Jalinas PRIego la molestia competencia que representaba Tele Risa.
Y de ahí pa’l rial, Tele Aztuerca se convirtió en la nueva televisora consentida, con mayor audiencia, penetración y ganancias, gracias sobre todo a programas chatarra como «Veneneando», con Paty Chamoy, Daniel Ponzoño y Piedrito Sola, o Sin Extremo, con Gaby Trazos, Juanito Barrigón y Jaime Faisán.
Hace poco menos de un mes, cuando apenas iniciaba la cuarentena, el papá de Rucardo Jalinas PRIego, llamado Hugo Jalinas Price, difundió en redes sociales un mensaje para que no se realizara el aislamiento social, para que todos salieran a consumir garnachas con el taquero de la esquina, a comprar chelas en el OXXO, a endeudarse más a sus tiendas Eleptra y Cuppel, a irse a la playa de vacaciones y a gastar el poco dinero que les quedaba en el bolsillo.
El propio dueño de la televisora del Ajusco manifestaba públicamente que había que seguir haciendo una vida normal, que el coronavirus nos pelaba los dientes y que los mexicanos éramos muy chingones.
No fue sino hasta este fin de semana cuando Tele Aztuerca se descosió en contra de la política del Pejidente en torno a la pandemia de coronavirus.
«No le hagan caso a López-Gatell»,-fue la consigna que Rucardo Jalinas-Gepetto hizo que Javier Enlatorre-Pinocho dijera en vivo y en cadena nacional.
Lo que pudiera interpretarse como una ruptura entre los dos grandes amigos, casi casi carnales, ALMO y Rucardo, ha llamado la atención de los medios internacionales, y ahora éste último está en la mira por sus múltiples negocios chuecos.
Para empezar, Elecpra y Cuppel se han caracterizado desde siempre por aprovechar la necesidad del infeliciaje y meterles productos más chafas que los de Muebles TRoncoso, a precios elevados.
Y si se retrasan una mensualidad, les mandan a un bufette de abogados que les dejan en su casa serias advertencias de embargo y hasta amenazan con meterlos a la cárcel.
Con Tele Aztuerca, se ha convertido en el principal manipulador de las masas en México.
Hasta antes del coronavirus, todavía disfrutaba de la luna de miel con el Pejidente, pero de repente se vino la crisis del COVID-19 y el mandatario empezó a pedirle que pagara lo que debía de impuestos para hacer frente a los gastos que se vienen.
Esto, por supuesto, no le gustó a Rucardín, así que primero lanzó al viejón y luego a su mono de ventrícoluo para tantearle el agua a los camotes.
Sin embargo, ALMO no se dejó apantallar, e inmediatamente puso a su ex amigo Rucardo en la lista de los fifís, neoliberalistas y conservadores.
¡Vaya usted a saber qué vendrá después! Lo más probable es que empiece la caída de Tele Aztuerca, cuando el Pejidente llame a un boicot por parte de los chairos que aún lo apoyan.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: «Pieza metálica para unir secciones de madera que descolla, solicita mallete». (Clavo que sobresale, pide martillo)