AL VUELO/ Guachicol

Por Pegaso

El huachicol o guachicol es una bebida alcohólica adulterada. Esta palabra del español mexicano también se usa para nombrar al combustible (gasolina o diesel) adulterado o robado. Las personas que se dedican a la actividad ilícita de robar y adulterar combustible y bebidas alcohólicas en México se conocen como huachicoleros”. (Wikipedia dixit). 

Por extensión, también se denomina huachicolero a aquella persona que importa grandes cantidades de combustible robado o adulterado que se compra en Estados Unidos a precios ínfimos, por su baja calidad y que luego se mezclan con la gasolina que se vende en las estaciones de servicio mexicanas, con una pingüe ganancia. 

“De acuerdo con los estudios de Arturo Ortega Morán, escritor mexicano especializado en el origen de las palabras y expresiones del castellano, la palabra huachicol proviene del latín “aquati” que significa “aguados”. Durante el siglo XVI el término aquati aludía a una técnica empleada en la pintura que consiste en diluir los pigmentos en agua. Al emplearse esta palabra en Francia se transformó en “gouache” conservando su significado. 

Posteriormente, al llegar el nombre de esta técnica a México durante el siglo XIX solía referirse a él como “pintar a la guach”. 

En esa época a los vendedores de tequila y aguardiente que diluían las bebidas con agua para obtener más ganancias, se les comenzó a nombrar con el apelativo de guachicolero o huachicolero. De manera análoga, se les comenzó a llamar así a los comerciantes de combustible que rebajaban con agua la gasolina o el petróleo para lograr mejores ganancias.  

Actualmente la palabra huachicolero se utiliza para denotar a una persona dedicada al robo, traslado ilegal y venta de hidrocarburos”. (Wikipedia). 

Si usted nota que su auto no rinde lo que debe, si el motor cascabelea o hace cosas raras, seguramente está comprando gasolina mezclada con guachicol. 

¡Y todavía el despachador tiene la desfachatez de decirle: “¿Un aditivo para su coche, joven?”! 

El guachicol, tal parece, se ha convertido en moneda corriente para comprar puestos de elección popular, desde diputaciones hasta presidencias municipales. 

Si no, dígalo el conocido Rey del Guachicol, Miguel Ángel Almaraz Maldonado, ungido como candidato a la Presidencia Municipal de Río Bravo. 

“Miguel Ángel Almaraz Maldonado quien estuvo 6 años Preso y le fueron aseguradas 149 cuentas bancarias por la PGR acusado de pérdidas para Pemex por 46 millones de dólares y 750 millones de pesos durante 2007 y 2008 abanderará al PAN para competir por la Presidencia Municipal de Río Bravo”. (Portal: Nota Tamaulipas, Periodismo de Nivel, 14 de enero de 2021). 

Si mal no recuerdo, el combate al huachicol era uno de los principales ejes del actual Gobierno del Pejidente ALMO para acabar con la corrupción que ahoga a PEMEX. 

¡Pero parece que ser guachicolero es requisito indispensable para aspirar a puestos de elección popular! 

No quiero pensar mal. No quiero pensar que todo el derroche de miles de millones de pesos que se hacen, provenientes de guachicol para comprar plumas y conciencias, esté llegando a las altas esferas del Gobierno Federal y de los partidos políticos como moneda de cambio para obtener candidaturas. 

Son miles y miles de pipas que entran por las aduanas del país diariamente con hidrocarburos que se compran en Estados Unidos a pocos centavos por litro pero que, en territorio mexicano, ya bien mezcladitos con la gasolina Magna y Premium que se venden al consumidor, reditúa ganancias multimillonarias. 

Se suponía que el Gobierno de la Cuarta Transtornación debía poner freno a este descarado robo a la Nación, asignando militares en cada punto fronterizo para controlar el paso del combustible, que este se ajuste a los estándares de calidad y que además, toda esa lana vaya a parar a las arcas nacionales en lugar de enriquecer a unos cuantos, como Almaraz. 

Los dejo con el refrán estilo Pegaso: “¡Satúrate, en este momento en que existe mezcla húmeda terrosa!” (¡Atáscate, ahora que hay lodo!). 

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