AL VUELO/ Putin

Por Pegaso 

Dicen los biógrafos de Bladimir Putin, el Presidente ruso, que una vez peleó contra un oso, un tigre, un león, un cocodrilo y un puma, y los mató a todos ahorcándolos con una anaconda. 

Putin no se moja con la lluvia, es el agua la que se impregna de Putin. 

De todos los especímenes de la tierra no existe uno más perfecto que Putin. 

A Putin le gusta nadar en los lagos congelados de Siberia con nada más que los calzoncillos de florecitas que le regaló su mamá. 

Después de cumplir con sus deberes en el Kremlin, gusta de acariciar a su cachorro de leopardo y aún le queda el tiempo libre para robarse el corazón de todas las mujeres rusas. 

Se dice que las lágrimas de Putin curan el cáncer, lo cual no ha podido comprobarse porque nunca ha llorado. 

Científicos de todo el mundo se dieron a la tarea de estudiar el ADN de Putin para saber qué es lo que lo hace el hombre más macho y viril del planeta. Lo que descubrieron despeja todas las dudas: Su código genético viene de Odín, el dios nórdico, combinado con el de Pegaso y el Ave Fénix. 

Mientras que el resto de los humanos tenemos cuatro bases que integran nuestro ADN: Adenina, Timina, Guanina y Citosina, la de Putin está compuesta por trozos de las Gemas del Infinito. Por eso tiene el poder de desaparecer a la mitad de la población del planeta con solo chasquear los dedos y por eso mismo es que los presidentes gringos le tienen tanto miedo. 

Como verdadero macho alfa, sin embargo, prefiere utilizar todos sus poderes y su sex apeal para otras cosas más trascendentes, como contar chistes y dar de patadas en las donas a los gays. 

Toca el piano como un Mozart. Aprendió a tocarlo a los 3 años de edad. 

Las mujeres lo aman. 

Los hombres lo envidian. 

Putin no es un hombre cualquiera: Se dice que desde Alejandro Magno no ha habido otro hombre tan grande como Putin. 

¿Existe algo que Putin no pueda hacer? No. Putin es simplemente perfecto. 

Yo pregunto, ¿estarán en lo cierto sus biógrafos? ¿Qué tanto de lo que afirman es verdad? 

Vi hace unos años un video donde Putin acusa con índice de fuego la política maltusiana que manejan países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra. 

Las potencias occidentales pretenden bajar los índices de natalidad con medidas como el uso del condón (por eso inventaron la pandemia del VIH-SIDA), los matrimonios igualitarios (los homosexuales no pueden reproducirse) y más recientemente, el coronavirus, para acabar con la gente enferma e improductiva. 

Sin pelos en la lengua, este adalid de la justicia, este avatar, este campeón de la Raza Humana pone las cartas sobre la mesa y dice qué es lo que está pasando, por qué mueren millones de personas alrededor del mundo por las decisiones de unos pocos que manejan la economía y la política internacional. 

Por todo ello, yo no dudo ni tantito que sus biógrafos dicen la verdad sobre el verdadero espíritu y esencia de Putin. 

Sobre todo, cuando aseguran que por sus venas corre sangre de Pegaso. Para mí que vamos a terminar siendo hasta parientes. 

Aunque a decir verdad, siempre queda algún escrúpulo, porque muchas veces en el nombre llevamos la fama. ¿Verdad, Putin? 

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Proporcióname información acerca de lo que alardeas y procederé a mencionarte cuáles son tus deficiencias”. (Dime de qué presumes y te diré de qué careces.) 

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