AL VUELO/ Menson

Por Jesús Rivera, «Pegaso»

Luego de mi vuelo matutino allá, por el boulevard Morelos, donde miles de chiquillos y chiquillas desfilaban para conmemorar el inicio de la Revolución, me vine a mi penthouse a buscar un tema interesante para comentarlo con mis escasos lectores.

Lo que más atrajo mi atención fue la noticia que se difundió por todo el mundo sobre la muerte del multihomicida Charles Manson.

¿Que quién fue Charles Manson? Aquí les presento algo de su biografía para que sepan cómo se las gastaba este angelito.

Charles Milles Manson, nacido en Cincinnati, Ohio, el 12 de diciembre de 1934 y fallecido en Backersfield, California, el 19 de noviembre de este año. Fue un famoso criminal y músico estadounidense, conocido por liderar lo que se conoció como «La Familia Manson», un grupo de seguidores de que surgió en el desierto de California a finales de los años 60. En 1971 fue declarado culpable de conspiración por cometer los asesinatos de siete personas: la actriz Sharon Tate y otras cuatro en la casa de Tate, en Beberly Hills, y al día siguiente, de un matrimonio, Leno y Rosemary LaBlanca, todo llevado a cabo por los miembros del gurpo que seguían instrucciones de Manson. Sus seguidores asesinaron a diferentes personas en otros momentos y Manson también fue declarado culpable de dos de estos otros asesinatos: el de Gary Hinman y Donal «Shorty» Shea.

Manson creía en lo que él mismo llamó «Helter Skelter», un término que tomó de la canción homónima de la banda The Beatles. Manson interpretó que la canción hablaba de una hipotética guerra racial entre negros y blancos que según él, se avecinaba. El título de la canción apareció escrito con sangre en la escena de uno de los crímenes ordenados por él. (Wikipedia).

En los Estados Unidos se generó todo un mito en derredor de Manson porque a los gringos les encanta lo guarro y lo frikie. No hay otra explicación posible de por qué Manson alcanzó tal fama y notoriedad.

Sus horrendos crímenes subyugaron a una sociedad robotizada, alelada por el abuso de los estupefacientes que hasta la fecha consumen como chocolates.

Los crímenes cometidos por esta secta de orates cautivó a todos en gringolandia y lo siguen haciendo aún después de muerto.

Ya el afamado cineasta Quentin Tarantino anunció que su próxima película estará inspirada en la vida y obra de este psicópata que se grabó el símbolo de la swástica nazi en la frente.

Pero mucho antes, en 1972, su figura y el estilo de vida que llevaba influyó en otras producciones cinematográficas, como Pink Flamingos, del director John Waters, tal vez la película más asquerosa jamás filmada.

Durante su estreno causó una enorme controversia por la amplia gama de actos perversos mostrados en planos explícitos,-dicta la Wikipedia.

Pink Flamingos es hoy una película de culto, como las de El Santo, aunque el enmascarado de plata no comía caca de perro como lo hace Devine en la última escena del filme.

No estoy seguro, pero sospecho que otras producciones, como Masacre en Texas, también están basadas en la vida de este loco.

Pero volviendo a Manson. Su muerte no hace más que engrandecer el mito del asesino serial carismático.

En su época de mayor auge, entre los últimos años de la década de los 60 y primeros de los setenta, se le consideraba la encarnación de Cristo y del diablo al mismo tiempo.

Su grandes dotes de orador le permitieron formar un grupo compacto, mientras se acumulaban los cadáveres en derredor suyo.

«Entre julio y agosto de 1969, manson y sus acólitos, bautizados como La Familia, se sumergieron en una espiral de sangre, sexo y rock que acabó en nueve asesinatos, entre ellos, el de la actriz Sharon Tate, embarazada de ocho meses. Fueron crímenes colectivos, orgías satánicas, aberraciones apocalípticas que asestaron una cuchillada feroz al mundo hippie»,-señala una crónica.

Y así fue. Los hippies, que promulgaban el amor y la paz, se fueron a volar gracias a Mason. Y ya nunca más regresaron.

¿Quieren saber más de ésta madrecita de la caridad? Bueno, él mismo se definía como un individuo mezquino, un mal hombre, sucio, un forajido, todo lo malo», y decía que «la hierba mala nunca muere». Pero sí lo hizo y entregó los tenis el pasado 19 de noviembre, víctima de una infección.

Yo me pregunto por qué los gringos mantenían a Manson bajo cadena perpetua en lugar de llevarlo a la silla eléctrica o a la inyección letal como lo hacen con cualquier latino que comete un crimen en su territorio.

Al saber de la historia de este asesino serial y la benevolencia con que las autoridades norteamericanas lo trataron, me pongo a pensar si después de su muerte empezarán a surgir cultos o iglesias con su nombre en todo el territorio estadounidense.

Los dejo con el refrán estilo Pegaso: «Lo ubico en determinado sitio y la fémina lo retira». (Yo lo coloco y ella lo quita).

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