Gattás: el que mal empieza…

Por Oscar Díaz Salazar

Fue financiado por los hermanos Carmona de Reynosa.

El vehículo que conduce le fue proporcionado por “Los Muñecos”, por más que intente justificar su compra y decir que la adquirió con sus propios recursos .

Es priista, tiene todos los defectos y las taras de los priistas, y ninguna de las múltiples virtudes de la clase política que gobernó por ocho décadas. En este caso podemos decir que aunque la mona se vista de guindo, mona se queda

Es un traidor y no cumple acuerdos, así ocurrió con su trato con los panistas a quienes prometió apoyar en la campaña de gobernador, en un par de reuniones que él solicitó y en la que se pactaron compromisos que no cumplió el hoy presidente.

Como traidor también se evidenció en las declaraciones a la prensa en las que despectivamente se refirió a los Cardenas Gonzalez, afirmando que era un grupo político en decadencia, que ya no tenía mayor representación, importancia y ascendencia en la política, cuando fue a su sombra que “creció” como político.

A cargo de la comunicación de su gobierno y de su imagen tiene a un pedofilo y a un drogadicto capaz de robar a su propia madre, un dipsómano, todos ellos con amplia experiencia en el saqueo de recursos públicos.

El nulo y/o mal trabajo que ha presentado como presidente de la capital del Estado, se ha logrado disimular con el trabajo que hace el gobernador en Ciudad Victoria.

Si en otras columnas he escrito en tono de queja por el abandono del gobierno estatal, esa percepción no se comparte -porque no es correcta- para el caso de Victoria, en donde se han aplicado generosos recursos e inversiones que están devolviendo la actividad económica y mejorando el aspecto de la ciudad.

La chamba que no hace Gattás, por incompetente y porque está dedicado a las transas, la atiende el gobernador Américo Villarreal.

El presidente de Victoria es mugroso, es corriente y con frecuencia recurre a los ataques a sus rivales y enemigos y políticos, a los que calumnia y ofende en páginas y medios electrónicos que alimenten sus sicarios mediáticos.

A los porros de la presidencia de Victoria, pedofilos, drogadictos y ladrones, les digo que no somos iguales, que mi familia es gente de trabajo, y si bien no tienen “La Casona”, que ellos tienen, cuentan con una trayectoria honorable de gente de bien.

Cuando den la cara y firmen sus escritos, tendré oportunidad de debatir con ellos.

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