POR José Inés Figueroa Vitela
Oficialmente, ayer inició la elección que desemboca en las urnas de junio del año entrante, en medio de no pocas expectativas.
Hoy mismo, un dirigente sindical con perfil caciquil, como lo es ARNULFO RODRÍGUEZ TREVIÑO, ya endosó las siglas de una institución tan seria, como lo es el sindicato magisterial, SNTE, a los mismos mercenarios de la política que durante el pasado sexenio saquearon a Tamaulipas con la permisividad jurisdiccional.
Existen sobrados testimonios de cómo se están saqueando los ayuntamientos de la temporalera, de Xicoténcatl y sus alrededores, donde impera el cacicazgo de horca y cuchillo de LOS TRUCOS, para financiar buena parte de la movilización magisterial.
Maestros del mismo Xico, Ocampo, Gómez Farías, El Mante, Llera y los Morelos, traen apoyos económicos y viáticos que se pagan con dinero de los ayuntamientos, con la idea de desestabilizar al gobierno estatal morenista y endosar la protesta manipulada, a favor del PAN.
Desde la semana pasada, los trabajadores de los diferentes niveles y dependencias, fueron amenazados, de parte de ARNULFO, que si se presentaban a trabajar esta semana y no acudían a la manifestación, serían sancionados por el Sindicato.
Es decir, nunca han tenido la intención de atender los llamados al diálogo y la concertación, para resolver las demandas planteadas, que les ha hecho el gobierno, porque lo que ARNULFO ha vendido al PAN es el caos y la destrucción de la célula educativa.
El juego perverso del cabecismo, el truquismo, el panismo, para revertir la condena social por su desaseado ejercicio gubernamental durante el pasado sexenio, más temprano que tarde caerá en la conciencia de la base magisterial.
Sin detrimento de ello, queda claro que todo eso, a lo que ayer se convocó dejar de lado en la competencia electoral, es lo que sigue animando a la banda delincuencial que asaltó a Tamaulipas durante el pasado sexenio, empeñados en seguir haciendo daño al pueblo.
Por eso es cierto qué hay una gran responsabilidad compartida en este proceso.
Y que las autoridades están a prueba.
¿Se portarán efectivamente a la altura como ayer dijeron?
“¡Que Tamaulipas decida!”, rubricó en su discurso de inicio del proceso eleccionario, el Consejero Presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas,
JUAN JOSÉ GUADALUPE RAMÓN CHARRE, no dejó frente sin tocar, en el universo de incidencias que implica cualquier proceso y en especial este, considerado el más grande de la historia.
En Tamaulipas se elegirán 36 diputaciones locales -22 de mayoría relativa y 14 de representación proporcional-, 43 ayuntamientos que implican 43 presidentes municipales, 57 sindicos y 405 regidores; 541 cargos de orden local.
Además de las dos senadurías de mayoría, una de minoría, 22 diputaciones federales de mayoría, y lo que corresponde de la elección presidencial, estas, de orden federal.
Todos llevan suplente y para todos los casos, aplica la eventualidad de que además de los partidos con sus coaliciones, cualquiera puede registrarse por la libre, como “independiente”.
Lo cual hace de aplicación la vieja y cíclica sentencia: tenga cuidado, no vaya a atropellar a un candidato.
“Hablar del voto, es hablar de la expresión más genuina del derecho de la ciudadanía, para ejercer un control sobre el poder público.
“Es referirnos a la libre manifestación de la voluntad soberana para decidir a quien o quienes nos representen en los espacios de toma de decisiones”, fue el dicho con el que abrió su discurso RAMOS CHARRE.
Pues a partir de eso y todo lo demás, el propio IETAM con su Presidente y pleno, y todas las demás instancias jurisdiccionales, están a prueba en esta, denominada la madre de todas las batallas electorales.
La experiencia nos ha dicho, a los ciudadanos, que no han cumplido.
Tan devaluaron el ejercicio democrático, que en la anterior elección constitucional ordinaria, a lo largo del proceso hicieron mutis, y no fue sino hasta concluir, cuando reconocieron las existencia reiterada de delitos cometidos por los actores políticos.
Afortunadamente, la delincuencia electoral, personificada por el PAN y sus operadores, con todo y las triquiñuelas, más el actuar cómplice de los árbitros, no lograron remontar la movilización ciudadana en las urnas.
Ya se va a renovar el Congreso Local en junio del año entrante, pero transcurridas las dos terceras partes del ejercicio de la legislatura, ese aparato obeso y oneroso, que son las instancias jurisdiccionales, no han podido hacer valer el voto del 2021 de los tamaulipecos.
Todavía están dirimiendo si le entregan el manejo de la legislatura al partido que solo ganó 6 de los 22 distritos uninominales y es minoría, hasta la fecha, en la integración de la legislatura, con todo y la corrupta “compra” de cuatro escaños de los que fueron votados con la mayoría.
Si institutos, fiscalías y tribunales fueron creados y se mantienen, a un alto costo de recursos fiscales, no son capaces de hacer valer el voto, garantizando el ejercicio democrático de las mayorías ¿entonces qué razón tienen de existir?
Eso fue lo que ofreció RAMOS CHARRE ayer y eso es lo que no han cumplido en las últimas elecciones.