POR José Inés Figueroa Vitela
Así como hace dos décadas veíamos lo que pasaba en Colombia como algo lejano, inverosímil, inhumano, incomprensible y terminamos por padecerlo “corregido y aumentado”, en el aquí y ahora para muchos parece, la violencia y la descomposición social no tienen solución.
Las expresiones dadas en el debate de los candidatos presidenciales, sobre el tema de la seguridad, no arrojan novedad alguna sobre lo que ya se ha hecho o intentado hacer, más allá de las ocurrencias huérfanas de sustento o lógica.
A lo largo de este periodo negro en la historia regional –en la que está inmersa la mayor parte del país-, en algún momento compartí la esperanza social sobre efímeros visos de solución.
El esclarecimiento de algún hecho delictivo y la detención de sus autores generó confianza, pero pronto la ausencia de constancia, el apabullante cúmulo de sucesos contra los cada vez más escasos resultados institucionales, terminó por sepultar tales expectativas.
El balance entre los casos concluidos y las manifestaciones del delito de amplia brecha siguió ampliando sus distancias.
La noticia es que esa tendencia se ha ido invirtiendo.
Cada vez son más los casos de manifestaciones antisociales que son esclarecidas por las autoridades y más también la aprehensión de responsables hasta la concreción de sentencias ejemplares.
Un caso emblemático se presentó esta semana en Victoria capital.
El escándalo asaltó a la opinión pública regional y allende el territorio estatal, al propagarse el hecho de que un grupo de estudiantes habría sido atacado a balazos dentro de las instalaciones de la Preparatoria Federalizada número uno, Marte R. Gómez.
Los recientes hechos de Jalisco, los antecedentes de jóvenes armados causando muerte en entornos escolares norteamericanos y la percepción de crispación general daban para temer y sacar cualquier cantidad de conclusiones catastrofistas.
El puntual despliegue de las autoridades, ubicando y sometiendo a buen resguardo a los presuntos autores de la agresión, cortó de tajo las especulaciones y el escándalo que ya se animaba.
Aunque el sigilo de la indagatoria y el procesamiento de los presuntos responsables inhiben abundar en detalles, trascendió, la agresión habría estado dirigida hacia uno de los alumnos y en su persecución habrían resultado los terceros agredidos.
Aunque el móvil no se había establecido, la línea de investigación principal apuntaba hacia las actividades a que se dedican uno y otros, agredido y agresores.
Más allá de las particularidades del caso, el mismo se vuelve emblemático de cómo en general ha estado evolucionando en el estado el tema de la inseguridad hasta vislumbrar esa luz al final del túnel que en los últimos años se había negado.
Por supuesto, un fenómeno de amplio espectro y largo cuño, como el de la inseguridad, resulta complejo y dinámico, como para desplegar banderas en cualquier momento.
Para hacer efectiva y duradera la solución a estos problemas, el Gobierno de FRANCISCO GARCÍA CANEZA DE VACA trabaja en variados frentes.
Uno de ellos, que resulta fundamental, es la conformación de un cuerpo policiaco estatal suficiente, bien capacitado, evaluado, medido y pagado.
No se ha escatimado en esfuerzos para poder alcanzar a incorporar los 7 mil elementos que hacen falta para completar la fuerza necesaria para un estado como el nuestro, estimada en 10 mil agentes del orden.
La convocatoria para quienes deseen incorporarse a la Fuerza Tamaulipas no solo se ha difundido en la geografía estatal, sino que se ha publicado en diferentes entidades del país, buscando alcanzar el objetivo a la brevedad.
Como en todo, la concreción de metas institucionales nace en la voluntad política y se sigue en la disposición de los recursos para subsanar pendientes, allanando caminos.
En ambos campos, hay signos favorables como para seguir vislumbrando la luz al final del túnel y concluir que la inseguridad sí es reversible.
Las esperanzas de los tamaulipecos todos están puestas en ese destino.
Hechas las cosas como deben hacerse, todo lo demás viene por añadidura. Veremos y diremos.
Que el diputado local panista JOSÉ HILARIO GONZÁLEZ GARCÍA haya presentado –en la sesión camaral de ayer- una iniciativa para instituir la “Semana Estatal contra la Corrupción” en los primeros días de diciembre, de suyo, puede resultar intrascendente.
El hecho puede aquilatarse más en la sorpresa –y sopor- causado entre compañeros de su bancada, a la que no tomó en cuenta para hacer “su” promoción.
Hay quienes consideran que el buen trabajo desplegado por GLAFIRO SALINAS como pastor del rebaño azul y Presidente del Congreso ha causado escozor, envidia y/o preocupación en algún renglón torcido del poder, desde donde se estarían animando descalificaciones sin destino.
¿Sería el caso del –insurrecto- diputado, en funciones, tras la salida del anterior Presidente del Congreso CARLOS GARCÍA GONZÁLEZ?
Para el dirigente estatal de Nueva Alianza, la grilla que se traen ENRIQUE MELÉNDEZ, ERIKA CRESO y RAFA MÉNDEZ SALAS, pirateándose panalistas para entregarlos en sacrificio al Dios PEJE, a ver si regresa de ultratumba a la matriarca ELBA ESTHER GORDILLO, es “cosa de nada”.
A ellos y quienes con ellos se vayan, les mandó decir “que les vaya bien”, pidiendo sólo que respeten, como ellos, los mandos institucionales, han espetado su decisión de marcharse.
“Son más los que nos llegan -al partido-, que los que se están llendo”, dijo sobrado el profe matamorense Carlos Gamaliel Cisneros Ruiz.
En la conferencia de prensa que ayer dictó con los candidatos de su partido, el abanderado al Senado y también ex dirigente magisterial -cono los tránsfugas en campaña ajena-, OSCAR MARTIN RAMOS SALINAS, confió en que va a sacar suficientes votos “para estar donde se toman las decisiones”.
No se atrevió a dar un número, remitido a lo impredecible que resulta determinar el porcentaje de ciudadanos que acudirá a las urnas el primer o de julio próximo, pero de superar el record de más de 105 mil votos alcanzados por su par ex líder sindical, ARNULFO RODRÍGUEZ TREVIÑO como candidato al mismo cargo, lo dio por un hecho.
Un logro de esa naturaleza, implicaría la movilización estructurada e intensa de la base magisterial con sus andamiajes, porque el partido, sin el SNTE no se concibe y sus estructuras –del Instituto político- parecen reducidas a burocracia, sin recursos ni orientación.
Desconocen muchas cosas de la política electoral, empezando por los requerimientos mínimos de una campaña, asociados, por necesidad, al flujo de las prerrogativas y apoyos ex profeso destinados.
Y no estamos hablando de la jornada electoral; es la trascendencia personal lo que se juegan quienes reciben la confianza de manejar estos asuntos.