Por Pegaso
Luego de mi vuelo matutino llegué a mi búnker, encendí la lap top y me eché un chapuzón en el mar de información que diariamente nos ofrecen los portales informativos electrónicos locales, nacionales e internacionales. (Nota de la Redacción: Pegaso exagera. Nada más vio la sección de horóscopos para ver qué le depara el destino el día de hoy).
Una noticia que llamó mi atención fue la aprobación en el Congreso del Distrito Federal de la llamada Ley Olimpia, una reglamentación que pretende sancionar con hasta seis años de cárcel sin derecho a fianza a quienes suban a las redes sociales fotografías íntimas sin consentimiento.
Es decir, que si alguien está disfrutando las delicias de Himeneo y de pronto se le ocurre tomar alguna foto o video y después la sube a la nube o a su cuenta de Twitter, estará en serios problemas.
Por ahora, al menos en 14 Estados del país ya está vigente esa ley.
Por desgracia, hasta ahora las redes sociales están inundadas de los llamados “packs” o paquetes de fotografías con contenido sexual que los ex novios, ex esposos o ex parejas, hombres y mujeres, comparten con sus cuates y con el público en general.
Las feministas en especial, aplaudieron que en la Ciudad de México y otras entidades federativas ya sea considerado como un delito la violencia digital, puesto que aseguran que se trata de una nueva manera de hostigamiento sexual.
Haciendo un pequeño esfuerzo mental, podríamos imaginar, por ejemplo, cómo reaccionaría la ex dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo si su pareja decidiera ventilar en las redes sociales algunas fotitos en tanga o en un transparente negligé.
O si La Chupitos se pelea con su viejo y éste manda un sugerente “pack” a sus redes en Facebook.
Para mi candorosa, pura e inocente conciencia sería difícil de imaginar a Carmelita Salinas, alias “La Corcholata”, haciendo un strep tease, o bailando en un tubo.
O a Paty Chamoy ventaneando sus cositas ante millones de morbosos cibernautas.
Definitivamente, la Ley Olimpia debería ser aprobada en todos los Estados del País. Me uno a las exigencias de las feministas y feministos. Como diría Chente Fox.
Pronto, en el Congreso de Tamaulipas podría entrar alguna iniciativa para armonizar su Código Penal en materia de violencia digital.
Si se llega a aprobar, será un paso más hacia adelante para acabar con el nocivo machismo y la violencia de género.
Por cierto, le dice un amigo a otro: Oye Archivaldo, ¿tú sabes cuál es la diferencia digital entre el hombre y la mujer?
Y el aludido contesta: No. Tú dime cuál es la diferencia tecnológica entre el hombre y la mujer.
Contesta el primero: En que el hombre es manual y la mujer, digital. ¡Juar, juar, juar!
(Confieso que no entendí el chiste: El hombre es manual, o sea, que utiliza la mano, en tanto que la mujer es digital, utiliza el dedo, pero, ¿para qué? Si alguien le entendió puede enviar su comentario al hashtag #manualodigital).
Va el refrán estilo Pegaso: “¡Trasládese dicha extremidad fraterna…!” (¡Venga esa mano amiga…!)