Por: Abraham Mohamed
A dos meses exactos para la elección presidencial de 2018, insisto en que aún no hay absolutamente nada que garantice el triunfo del puntero que es Andrés Manuel López Obrador, ni tampoco que José Antonio Meade se quede rezagado en el tercer lugar porque Ricardo Anaya se afianzará en el segundo y que el colero sea “El Bronco” porque Margarita mantendrá su cuarto sitio.
Simplifico, aún no hay nada para nadie y esto se resolverá en las urnas el 1 de Julio, siempre y cuando la diferencia de votos del vencedor sobre los demás sea apabullante, que no lo creo, y si con todo y eso no es aceptada, será la Fiscalía Especial para Delitos Electorales la encargada de abrir las carpetas de investigación correspondiente sobre las impugnaciones que se presenten, para que finalmente sea el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal el que emita su fallo en la trascendental decisión sobre la elección presidencial.
Debo advertir que también podrá haber otros casos de inconformidad –tal vez sobre algunas de las Gubernaturas, Senadurías, Diputaciones, Alcaldías, etc.- por lo que es preocupante el hecho de que se sienta la gestación de una tormenta política que, de desatarse, puede tener consecuencias imprevisibles.
Además, creo que es conveniente recordar, que en las dos anteriores derrotas de Andrés Manuel López Obrador, ante el panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto, ambas se “judicializaron” y si repeler su derrota no llegó a mayores, fue porque las condiciones no eran las mismas que está logrando, más que nada, debido a la ventaja que les lleva a sus oponentes en la experiencia adquirida en sus dos derrotas y porque desde la primera no ha dejado de “andar en campaña” obsesionado con ser Presidente de México, “cueste lo que cueste”.
Y en honor a la verdad, si el Peje y el panista Ricardo Anaya han avanzado, es porque les ha ayudado que José Antonio Meade, tenga un pésimo equipo de operación política, empezando por el presidente del PRI, Enrique Ochoa, y por el coordinador de su campaña Aurelio Nuño que metidos en su nube de soberbia con Erubiel Avila, Alejandra Sota, Alejandra Lagunes, Eduardo del Rio, Javier Lozano y otros, solo han servido para perjudicar la campaña “de su candidato”.
A esto hay que añadirle que el mismo Presidente Peña Nieto ha contribuido para que Meade batalle mucho para superar las dificultades de vencer el desprestigio de su gobierno, y del PRI mismo. Y esto es evidente porque mantiene en su gabinete a gente como Rosario Robles, Luis Miranda, Eviel Pérez Magaña, Baltazar Hinojosa, Gerardo Ruiz Esparza y también por no proceder contra funcionarios como Emilio Lozoya por la transa con Odebrecht cuando fue director de Pemex. Por permitir que el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte siga fanfarroneando su impunidad igual como lo hacen grandes capos del narco tráfico y de la delincuencia organizada de “cuello blanco” en otros, con lo que da motivo para que sus adversarios tilden a su gobierno de corrupto, alimentando el coraje del agraviado pueblo que cree, por lo mismo jodido que está, todo lo que les dice “El Peje” y, por otro segmento social, los clase medieros le hacen coro a Ricardo Anaya despotricando contra el gobierno de Peña Nieto y obvio, contra su candidato Pepe Meade, porque que temen caer en la pobreza si López Obrador gana la Presidencia de la República.
Yo espero que en éstos 60 días que faltan para las que serán excepcionales elecciones del 1 de Julio del 2018, se vayan “acomodando mejor las calabazas” en el proceso y que, con los cambios que deben registrarse en el PRI con la salida de Enrique Ochoa y con nueva gente –con más colmillo- en el equipo de campaña de Meade, se fortalecerá muchísimo su tarea proselitista y que, el 20 de Mayo en Tijuana, donde se realizará el segundo debate entre “los presidenciables” será otro, muy diferente al “Yo mero” que sus malos asesores han hecho aparecer como un hombre honesto, con notas académicas de excelencia, pero blandengue y burócrata de gabinete presidencial, cuando realmente él no es así.
Tiene que sacudirse esa equivocada estrategia de imagen, de discurso, de actitud y de conectividad con el pueblo. De seguir así, Meade será apabullado porque al Peje no hay otro quien lo pare. Anaya, por supuesto que también sería derrotado, aunque diga lo que diga.
Te informo que según la encuesta de ayer 30 de Abril del portal SDP (Sendero del Peje) de Federico Arreola, López Obrador ya lleva 41.4 % de la preferencia electoral; Anaya 24.7%; Meade 22.2%; Margarita cayó a 4.6% y Jaime Rodríguez “El Bronco” subió a 3.1%. AMLO le lleva 17 puntos de ventaja a Anaya y 19 a Meade.
Por ultimo: en lo personal creo que el mejor candidato para Presidente de México, es Meade. Pero para que gane bien, lo tienen que dejar ser él.
El tigre al que se refiere López Obrador y que puede ser él mismo, liderando a sus fanatizados seguidores, está al acecho para devorarse a Meade y a Anaya también, quien para mí, es un habilidoso colado en este safari electoral a la mexicana y que hasta en caso necesario, podría hacer la macolla PRI-AN.
Y újule…a lo mejor en la tormenta política que se desatara en este peculiar safari, hasta el Jefe Tigre podría terminar convertido en trofeo.
Pero hay que esperar…..todo puede ocurrir.
Hasta ahora, no hay nada para gritar: ¡Ya chingamosssss!