- Los transportistas afirman que pueden firmar las modificaciones propuestas al contrato del fideicomiso, siempre que les presenten el plan a detalle y se demuestre que hay beneficios para todos, porque se niegan a seguir pagando los costos del sistema
Ciudad de México.- Los integrantes de Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) aseguran que quien habló de la quiebra de Metrobús de manera literal fue el director General del Sistema, Roberto Samuel Capuano Tripp, quien, o utilizó mal el lenguaje o fue una forma poco clara, pero amenazante, de condicionarnos a aceptar el cambio del contrato del Fideicomiso, sin ofrecernos toda la información a detalle como ha ocurrido hasta el momento, por la presunta urgencia de cambiar las unidades que han cumplido su vida útil.
El pasado 2 de agosto el propio funcionario, afirma Nicolás Vázquez Figueroa, vocero de los transportistas, les aseguró que el sistema está, en nuestra lógica, en quiebra, la cual obedece a la carencia de recursos provenientes de la tarifa y, debido a la política pública del gobierno de no incrementar el costo del pasaje.
El gobierno de la Ciudad concedió otorgar el incremento del 10.03 por ciento al pago del kilómetro recorrido, con lo que en los tres últimos años se ha visto obligado a inyectar poco más de 3,200 millones de pesos del dinero público para mantener el servicio.
“Fue entonces que se nos exigió firmar la minuta de acuerdos a través de la cual nosotros estaríamos dispuestos a aceptar los cambios al contrato del Fideicomiso, pero sin ofrecernos mayor información que el dicho del director General de Metrobús de que es para bien del sistema y el servicio de la ciudad, pero al momento no hemos visto una corrida financiera”, explicó el concesionario.
Como les explicamos desde el principio a los funcionarios, no existe una negativa en el caso del convenio para clarificar y en su caso modificar el contrato del Fideicomiso, agrega Vázquez Figueroa, “siempre y cuando exista toda la información a detalle”, porque se requiere de una revisión del costo beneficio de dichos cambios, para aceptarlos o negociar una redacción diferente que traiga recompensas a todos los interesados en este tema: transportistas, autoridades, pero sobre todo ciudadanos, porque nos negamos a seguir pagando los costos del sistema.
Entonces, afirma Nicolás Vázquez a nombre de sus compañeros de Fuerza Amplia de Transportistas, “esto nos da una idea de que de no hacerse ajustes en el pago por kilómetro, simple y llanamente lo que sucedería es que se estaría precarizando el servicio a tal grado que en algún momento se avejente tanto como ocurrió con los microbuses y no puedan cambiarse una vez cumplida su vida útil”.
Por lo que hacen un llamado a Capuano Tripp a brindar toda la información a detalle y no condicionarles el incremento del pago por kilómetro recorrido que ya les fue otorgado, porque todo negocio obedece a una ecuación: costo de producción, más ganancias, igual a costo de servicio.