La Marina mexicana ha desplegado a cientos de rescatistas a las zonas de desastre que ocasionaron los dos sismos que azotaron México este mes. Los acompañan 20 perros rescatistas. Las más popular en internet es sin duda Frida, la labrador que se encuentra buscando víctimas entre los escombros de la escuela derrumbada Enrique Rébsamen. Un tuit de la Secretaría de Marina con fotos de la perrita y su guía acumula más de 4.500 retuits en una semana.
Frida tiene siete años de edad y desde cachorra fue entrenada por la Armada de México para rescatar a personas que son víctimas de desastres naturales, según información de la Marina enviada a Verne. Está equipada con un visor que protege sus ojos del humo, polvo u otras sustancias peligrosas, y unas botas especiales para que los objetos filosos o cortantes de los escombros no lastimen sus patas.
La labrador rubia ayudó a rescatar 12 personas en Juchitán, el municipio oaxaqueño más afectado por el terremoto de magnitud 8,2 del 7 de septiembre. La Marina aún no tiene el registro de las personas que ha encontrado en la zona de la escuela Enrique Rébsamen, donde se encuentra actualmente. El derrumbe del edificio ocasionó la muerte de 19 niños, según la Marina. Los brigadistas aún buscan sobrevivientes.
Frida también ha participado en operaciones de rescate en Honduras, Guatemala y Ecuador. En total ha ayudado a rescatar a 56 personas con vida, según datos de la Marina.
Las fuerzas de seguridad y armadas utilizan perros para misiones de rescate y de detección de sustancias por su agudo sentido del olfato. “Se han reportado casos de perros que pueden distinguir el olor de gemelos genéticamente idénticos y con hábitos y dietas prácticamente iguales”, escribe Jan S. Suchodolski, investigador veterinario de la Universidad de Texas en su artículo sobre olfato canino.
El equipo formado por el perro y su guía se le llama binomio canino. La vida útil un perro rescatista y detector de la Marina es de aproximadamente entre seis y siete años, pero si su rendimiento es favorable, puede prolongar su chamba con las fuerzas de la Armada más tiempo como en el caso de Frida.