- Ante la posibilidad de que Tokio cierre sus puertas a la afición extranjera en los Juegos Olímpicos, atletas mexicanas consideran que sería una medida pertinente
Ciudad de México.- Ante la posibilidad de que Tokio cierre sus puertas a la afición extranjera durante los próximos Juegos Olímpicos, algunas atletas mexicanas lo toman con calma y filosofía, pues consideran que esta sería una medida pertinente.
»Mi familia y yo habíamos costeado los vuelos de todos antes de la pandemia, porque yo quería que todos fueran a ese momento, a ese día tan especial, pero con todo esto de la pandemia Japón tiene toda la razón, debe de tener muchas medidas de seguridad, e incluso yo preferiría que mi familia no asistiera».
»Nadie quisiera que nuestros familiares pasaran por un mal momento por el virus, no quisiera que mis padres ni mis hermanos ni nadie pasaran por lo que yo viví, entonces son unas por otras», compartió Mariana Arceo, clasificada a Tokio en pentatlón moderno.
Por su parte Jessica Salazar, clasificada a Juegos en la disciplina de ciclismo de pista, consideró que de no contar con el apoyo de sus familias sí le faltará emotividad a Tokio 2020, pero aun así tiene la mira puesta en volver de Juegos Olímpicos con una medalla para México.
»Primero está la concentración del evento, participar bien y crear la mejor actuación para nosotros. Obviamente el apoyo de la familia era muy importante, creo que hubiera cambiado un poquito las cosas por la emoción, pero si a final de cuentas esa es la decisión que toman para el bien de todos los atletas y para que no sean un caos estos Juegos Olímpicos, pues está bien, nosotros no podemos hacer nada, sólo aceptar el hecho».
»El objetivo sigue siendo el mismo, traer una medalla olímpica. No será lo mismo al no tener afición, pero siguen siendo unos Juegos Olímpicos e incluso creo que muchos llegarán mejor de lo que iban a llegar hace un año», finalizó.
A pesar de que han tenido que esperar más de lo presupuestado para realizar su debut olímpico, tanto Salazar como Arceo confían en llegar en buen momento a Tokio debido al tiempo extra que tuvieron para prepararse a causa de la pandemia.