LOS HECHOS/ LA FERIA DEL HUESO

POR José Inés Figueroa Vitela

Ahora, todos los actores lanzan señales, tratando de llamar la atención, de ponerse al paso de la circunstancia y el tiempo.

No todos saben, o más bien muchos ignoran, o dimensionan, tales premisas que cuando se alinean, suelen coronar aspiraciones y, en ocasiones, hasta han desbordado las expectativas de algunos.

Pero como quiera, a la Feria del Hueso todos van.

Quienes andan mandando maquilar o comprando encuestas, para velar acosos o pretender orientar el destino del proceso interno, son algunos de los que se van alejando de las consideraciones superiores.

Las encuestas inducidas son muestra de debilidad y aun en la remota eventualidad de que en efecto, a alguien favoreciera un trabajo profesional, científico, la convocatoria y el antecedente, dejan constancia que por sobre las mediciones de popularidad, están las ponderaciones de cara al interés superior del proyecto político.

Botón de muestra, algún aspirante “cáeme bien”, en este singular proceso interno va y viene haciendo caravanas a diestra y siniestra, a buenos, neutros y malos, pretendiendo con todos “quedar bien”.

Seguramente anda pensando que de esa forma va a avanzar en su carrera política.

Por supuesto, el fiel de la balanza está enterado de todo, y ya sabe que fue con los adversarios del régimen, a hacerles los honores y decirle que él no es partidario de las acotaciones que se le han hecho, por los deslices administrativos en su ínsula.

Hay otros aspirantes que, abiertamente, han desconocido el liderazgo político estatal en el pasado reciente y ahora, andan muy sonrientes, declarando lealtades y disposiciones “para trabajar juntos”, apostando a la amnesia institucional.

Ellos tampoco aparecen entre los posibles nominados.

Decisiones de política, para el primero, segundo y tercer círculo, a favor y en contra, de las intenciones de unos o los otros, también matizan esta temporada de definiciones, cuando se transita las vísperas de las tácitas nominaciones.

Sí, ya se sabe que hasta marzo 20, precisamente el último día considerado por la legislación electoral para el registro de los candidatos a los cargos de elección popular de corte local, establece la convocatoria la fecha cuando se darán a conocer los nombres de los nominados.

Y el plazo previo es el que desemboca igual, el 21 de enero, último día considerado para las precampañas, cuando el partido dará a conocer los nombres de quienes pasaron el primer filtro, para ser tomados en cuenta como precandidatos.

Son ellos los que, en la formalidad, ha de someterlos a la ponderación de las encuestas que han de orientar las nominaciones, con la evaluación de los perfiles y prospectivas.

No obstante, entre hoy, mañana y pasado, cuando los aspirantes vayan a anotarse por la vía virtual, al menos las principales plazas, las más estratégicas, llevarán ya una orientación definida, en la que se estarán tomando en cuenta todas aquellas primicias.

Son tiempos y formas nuevas.

Hacer cuentas y sacar conclusiones, abrevando en paralelismos respecto del viejo sistema, unipartidista y prianista, distrae a varios de los escenarios dominantes, consecuentemente alejándolos del desenlace de la jornada.

Jugar a perder no es de este tiempo.

La conseja bíblica de “no hacer cosas buenas que parezcan malas, ni hacer cosas malas que parezcan buenas”, nunca había tenido tanta vigencia, en la cosa pública, como ahora.

La defensa que el Rector universitario GUILLERMO MENDOZA CAVAZOS, hizo del Tesorero de la institución FRANKLIN HUERTA CASTRO, respecto de la acusación por la presunta venta fraudulenta de un vehículo oficial, lo pone en una situación delicada.

Si no hubo irregularidad alguna, si todo estuvo en justicia y derecho, por qué el funcionario no fue a decírselo a los diputados de la comisión legislativa que lo requirió, para dictaminar la denuncia presentada en pleno.

Lo cierto es que hace un año, la UAT en efecto dio de baja y vendió 67 vehículos, modelo entre 1999 y 2016, en precios que oscilaron entre los 8 mil y los 66 mil pesos, a partir de una convocatoria pública en la que pudieron participar los trabajadores del alma mater, excepto los funcionarios involucrados en el procedimiento.

Eso está en la página oficial.

De la flamante camioneta de lujo -con un año de uso- que terminó en manos de la esposa del Tesorero y otras cinco de las que no se sabe el mínimo detalle, jamás se habló en público, hasta que se hizo la denuncia en el congreso.

Sería un tinglado el que se armó aparte, para cubrir la operación desplegada al concluir aquel procedimiento.

No hay nada aclarado y lo que respondió el Rector por su colaborador, en lugar de exculpar a uno, parece inculpar al otro.

Esto apenas empieza.

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