Santos, un club en crisis; “necesitamos recuperar el arraigo”

Ciudad de México.- Alejandro Irarragorri Kalb, el presidente más joven en la historia del futbol mexicano, ofrece pocos detalles concretos sobre el futuro del club Santos. El comité de dirección de Grupo Orlegi, fundado por su padre Alejandro –hoy investigado por la Fiscalía General de la República por un presunto fraude fiscal–, hizo oficial su nombramiento el jueves pasado en una de las campañas con menor número de asistencia en el estadio TSM Corona, en Torreón.

Irarragorri Kalb tiene 24 años y no existe registro de un dirigente con menor edad en primera división. Jesús Martínez Murguía, mandamás del club León, asumió el mismo cargo en noviembre de 2010 cuando contaba 25. “Yo no prometo nada. Tenemos que regresar la ilusión a la gente desde allá adentro y recuperar el arraigo”, afirma el también licenciado en administración de empresas por la Universidad de Las Américas.

Al menos 11 jugadores del plantel actual de los Guerreros son mayores que Irarragorri Kalb. Anderson Santamaría (32 años), Antony Lozano (31), Carlos Acevedo (28), Francisco Villalba (26), Hugo Rodríguez (34), Ismael Govea (27), José Juan Macías (25), Pedro Aquino (29), Raúl López (31), Ronaldo Prieto (27) y Vladimir Loroña (25). Aleco creció en Santos desde que su papá tomó al equipo en 2006. Es un salto importantísimo, en un momento muy complicado para la Laguna, señala el ex futbolista Marc Crosas, campeón de Liga en 2011.

Hasta la fecha pasada en la Liga Mx, los de Torreón registraron un total de 192 mil 471 aficionados entre el Clausura y el Apertura 2024. Su asistencia más baja fue a principios de mes contra Bravos de Juárez, cuando sólo 7 mil 341 personas ingresaron al complejo deportivo, cuya capacidad es de 30 mil espectadores. “La gente está muy molesta, lo hemos visto con entradas que han sido paupérrimas en el estadio. Muchos se han sentido ofendidos de la despreocupación de Orlegi con Santos”, agrega el español.

La experiencia de Irarragorri en el futbol comenzó en 2017, cuando desempeñó tareas de estrategia, logística y mercadotecnia en diferentes áreas del club. Eso lo llevó dos años después al Celtic de Escocia, donde tuvo una pasantía antes de encargarse durante siete meses del marketing digital en el Atlético de Madrid. “Comprendo que hay desconfianza, pero así como nos hemos caído también nos levantamos, explica el joven presidente. Es un tema de compromiso. Confío en que vamos a tener un futuro prometedor, haremos más con menos y generar jóvenes desde abajo. Esa es nuestra filosofía”.

Santos, seis veces monarca en el circuito profesional, es el último lugar de la Liga, con ocho puntos de 36 posibles. Aunque trata de ser prudente ante un cambio de dirección, el técnico Ignacio Ambriz reconoce que hay un aumento en las críticas y descalificaciones a su trabajo. Me agrada el entusiasmo de Ale, su juventud, pero tenemos que ir paso a paso, comenta el ex seleccionado nacional. “Es un presidente joven, no hemos tenido mucho tiempo para hablar. El sábado (tras la derrota 3-0 con el América) se me acercó y me dijo: ‘ánimo, profe’, pero es otra derrota y la situación no es nada fácil”.

Aleco, como es conocido por familiares y amigos en la Comarca Lagunera, forma parte de una nueva generación de dirigentes en el futbol mexicano. Además de Jesús Martínez Murguía, quien sigue en la presidencia del León, otros como Fidel Kuri Mustieles, del extinto Veracruz (27 años) y Jorgealberto Hank Inzunza, de Tijuana (28 años), también tomaron las riendas de todo un proyecto deportivo. Al estar cerrado el descenso a la segunda categoría –decisión impulsada por su padre Alejandro en 2020, junto con otros federativos–, los Guerreros tendrán como única penalización una multa millonaria si se mantienen en los últimos lugares al final de esta campaña.

En enero pasado, autoridades estatales confirmaron el fallecimiento de una mujer de 54 años y reportaron al menos cinco personas lesionadas, afuera del TSM Corona luego de que un grupo de aficionados del Monterrey fue embestido por una camioneta tipo pick-up, que circulaba a exceso de velocidad. A pesar de que la seguridad fue cuestionada, el recinto operó después con normalidad.

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