Por: Chano Rangel
No cabe duda que ser testigo y fiel amigo, no es nada envidiable, para muchos nuestros vecinos del norte, no solo son nuestros mejores socios comerciales, si no los que dictan la reglas de operación de América y sus pueblos. No es lo mismo no permitir el paso de un brasileño, que el de un mexicano, que vive a tan solo metros de la franja fronteriza y que el río bravo es su aguaje cotidiano.
La visita del secretario de estado Anthony Blinken, a nuestro país, del comisionado ambiental John Kerry, del procurador Merrick B. Garland, y sus reuniones algo bueno debería de tener, traían la onza bajo el brazo, y lo que dijeran o impusieran a nuestro merolico no le quedaba más que acatar.
Ahora que con bombo y platillo se anuncia la apertura de los cruces internacionales, el gobierno mexicano no ha dicho aún, cuál será el costo político y de la relación bilateral, por lo pronto se sabe, sin que la cancillería mexicana diga algo al respecto, que los agentes de la DEA (Administración para el Control de Drogas) tendrá de nueva cuenta agentes en México (si es que algún día se fueron) y serán estos los que encabecen la lucha contra los carteles de la droga en nuestro país.
Que también se dio entrada a los comisionados ambientales a nuestro país, para la revisión de energías renovables y su intereses que dicho sea de paso, son empresas establecidas en Estados Unidos, desde donde operan para América Latina, se dio también paso, a que sea México, el que regrese a los migrantes a su país de origen, en pocas palabras hacerle el trabajo del patio de atrás a los norteamericanos.
Las parcelas que el Presidente Obrador, mostró a John Kerry, fueron para la foto, ellos no venían a ver arbolitos, venían a proteger sus intereses y se fueron con las bolsas llenas de promesas y acuerdos, algo que difícilmente el presidente podrá no cumplir, en estos momentos álgidos de la relación bilateral.
La lucha contra el crimen organizado fue la principal demanda, la migración y el cumplimiento de los acuerdos del cambio climático, y la producción de energías renovables, algo totalmente opuesto a la reforma eléctrica que el presidente impulsa en la cámara de diputados.
En la visita de alto nivel de funcionarios norteamericanos a nuestro país, quedó claro que una reforma eléctrica como la que envió el presidente a las cámaras es inviable, quizá por eso, los partidos políticos se hacen como el tío Lolo, no vaya ser que en una de esas salga el tiro por la culata.
Por eso cuando nuestro país, puso la matracas a sonar por la apertura de los puentes internacionales, no muchos se dieron cuenta, que de esta apertura el más beneficiado es Estados Unidos, donde el Valle de Texas y toda la frontera sur, estaban en punto de quiebra y no aguantan más la económica sin las compras de los mexicanos. Que las cámaras de comercio de todo el sur de USA, pidieron desesperadamente la apertura comercial, no fue nuestro país, aclarando el punto.
Que a su vez, por este flaco favor, México, tendrá que aceptar términos y condiciones políticas de la Casa Blanca, y con todo el nacionalismo del presidente no queda más que apechugar las órdenes.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
El fuego amigo se hace viral, los embates de adversarios, dentro de los partidos políticos se da de una manera casi encarnizada, un día y otro también, al grado tal de mencionar asuntos familiares y que nada valdría meter a la canasta de la grilla, sobre todo cuando la familias es intocable en este sentido, los jugadores lo deben de saber.
Pero tal parece, que en Morena, los estándares de respeto y de no agresión se olvidaron, ahora el fuego amigo tocó a Rodolfo González Valderrama, delegado de bienestar social federal, a quien acusan de problemas domésticos y de asuntos familiares infumables, en los momentos que se da el mayor despliegue mediático a su favor.
El silencio del senador, las apariciones del Guasón, la inusitada perseverancia de Felipe Garza, y la aparición de Adrián Oseguera en el cuadro chico, hacen pensar que los mejores pleitos y agarrones se dan desde la cocina misma.