Por: Chano Rangel
Ser oposición es sencillo, aprendes a gritar, a hacer plantones, a ser pandillero, en México ese es el estilo, pero ser gobierno y dar buenos resultados, esa es otra historia, diría la nana Goya.
Pasar de borracho a cantinero, es una travesía muy dura, sobre todo en un país, donde un partido durante 86 años marcó los destinos de la nación. Podría llamarse, Prospera, Oportunidades o Solidaridad, la dadiva era la misma y, el fin también tenia el mismo resultado: ganar elecciones.
Los presidentes más populistas, como Echeverría, López Portillo, Carlos Salinas, usaron la pobreza como trampolín político, con el salinato, todo político, bien aventurado y con suerte, además afín al régimen, era coordinador o operador de Solidaridad, la plataforma política más rentable de ese sexenio, ahí están Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Oscar Luebbert, en Tamaulipas. Por citar algunos.
Sin embargo, todo tiende a envejecer, el tiempo no perdona, nada es eterno, una política populista llegó a su fin y el neoliberalismo salvaje lo remplazó, con Ernesto Zedillo, proyecto global, que en México, resultó peor el caldo que las albóndigas, dejó en la miseria a millones de familias e hizo millonarios a muy pocos.
Mientras la lista de Forbes, se agrandaba con nuevos miembros de origen mexicano, en todo el país, la miseria se hacia presente, ni el populismo, ni el proteccionismo, mucho menos el capitalismo, lograron y siguen si lograr en ayudar a salir de la pobreza a más de 60 millones de mexicanos.
El cáncer creció tanto, que hubo de extirparlo, aunque el enfermo muera. El pasado 01 de julio sucedió, ya todos esperaban, la apuesta era cantada y el resultado a nadie asombro, el hartazgo y el abandono, hicieron largas filas para votar y elegir un cambio prometido.
Han pasado solo unas semanas, aun no termina el mes de julio, y aun no se cumple el primer mes de que, Andrés Manuel López Obrador, ha vuelto a la intolerancia, el INE, investigo y dio resultados, que, al presidente electo, no le gustaron y su carácter, hizo presa de nueva cuenta de El, y todavía no pasa el primer mes, el Pemex-Gate, Los Amigos de Fox y el Fideicomiso de Morena, son la misma chingadera, pero ahora es una venganza vil.
La respuesta de AMLO, refleja y deja claro, que aun no se asimila o asume su postura como un próximo jefe de estado, porque ahora ya no tendrá que pelear, realizar plantones, cerrar pozos petroleros y organizar marchas contra el estado, el estado es El. Así es la vida de paradójica ¿entonces se acabaron los pleitos contra el estado? Parece ser que si, ahora serán contra los que pensamos diferente, contra la critica, contra la institución, que no este de acuerdo con sus ideas.
Ser jefe de estado, es el compromiso mayor, que un mexicano puede tener con su país, en México, el presidente constitucionalmente ese el jefe de estado, comandante de las fuerzas armadas y jefe del ejecutivo nacional, así es que si se equivoca, la critica debe de ser aceptada, si hay errores, como los habrá seguro estoy de eso, debe de existir la critica constructiva y objetiva, esa se agradece, y se debe de estar preparado para ello, si no se asume ese compromiso, entonces queda claro, que la victoria, puede salir más cara que la derrota.
Por el bien de México, esperemos ver una renovación del gobierno, pero viendo los nombres, me parece difícil, Manuel Barttlet, Marcelo Ebrard, Héctor Garza, Ricardo Monreal, Alfonso Romo, Alfonso Durazo y demás. Suena difícil, esperar un cambio de juego con la misma baraja y los mismos jugadores.
De Aquello y lo demás…
Si se preguntan porque perdió el PRI en Tamaulipas, échele un ojo a San Fernando, Matamoros y Río Bravo. Ahí encontrará respuestas fuera del Tsunami Guinda, que si bien barrió al país completo, resulta imposible pensar que de manera local, lograra lo mismo.
Si así hubiera sido, entonces el PAN, no tendría en sus manos 31 alcaldías, 8 más que en el 2016. Pero la respuesta puede estar en Edgar Melhem, Baltazar Hinojosa y Alejandro Franklin, nomas es de pensar poquito.
Y si las cosas siguen así los escombros y lo que quedó del priismo en Tamaulipas, pronto se sumará a MORENA, el priismo renovado, como aseguran algunos politólogos. Y si así fueran las cosas, entonces AMLO, logró lo que Salinas nunca pudo. TRANSFORMAR al PRI.