La pandemia de covid-19 ya ha afectado a más de 600.000 personas en Estados Unidos, mientras que la cifra de muertes asciende a 25.239, según los últimos datos actualizados por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que monitorea las estadísticas a nivel internacional.
La cifra de contagios por SARS-CoV-2 en el país norteamericano supera en más de tres veces la de cualquier otra nación. Asimismo, un total de 44.364 pacientes se han recuperado desde el inicio del brote.
El estado más afectado es Nueva York, que ya suma 10.834 fallecimientos, mientras que solo este lunes 18.697 personas tuvieron que ser hospitalizadas a causa del nuevo coronavirus. «Creemos que estamos en el ápice de la meseta«, aseveró el gobernador Andrew Cuomo. Asimismo, afirmó que la decisión de reabrir el estado recae sobre él y no sobre el mandatario del país.
El pasado 7 de abril, el presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró que evalúa suspender la contribución de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras acusar al organismo de dar malos consejos durante la actual pandemia y afirmar que debería haber tomado medidas «meses antes». Tres días después, afirmó que EE.UU. vive el momento más tenso de la epidemia del coronavirus y que pronto la situación se aliviará.
Impacto económico
La semana pasada se supo que en las últimas tres semanas 16 millones de ciudadanos estadounidenses han pedido la prestación por desempleo. Varios especialistas y funcionarios de la Casa Blanca ven difícil que se reanude en mayo el funcionamiento normal de algunos sectores.
Este lunes se supo que EE.UU. ha aprobado el primer test de saliva para diagnosticar el covid-19, que se espera empiece a usarse a partir de este miércoles, lo que evitará que los profesionales de la salud entren en contacto con pacientes asintomáticos.
El Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado de EE.UU. también anunció este lunes el lanzamiento de una amplia investigación sobre los orígenes y la respuesta al coronavirus, enfocada, en buena medida, en China y en la OMS. Por su parte, el Ejército estadounidense estima que el coronavirus se originó de forma natural y no fue desarrollado en un laboratorio chino, si bien afirman no saberlo «con certeza».