Por Pegaso
Se encuentran dos amigos en la calle y después de saludarse efusivamente, uno de ellos le comenta al otro:
-Fíjate que ando muy preocupado porque tengo un problema legal en Guanajuato y no sé cómo resolverlo.
El amigo le contesta: No te preocupes. Yo tengo un pariente que está bien parado allá.
Al tipo se le alegra la cara, mientras da un suspiro de alivio:
-¿En serio?-dice. ¿Tiene un alto puesto en el Gobierno?
Y el otro, como era medio malora, contesta desternillándose de risa y sobándose la barriga:
-¡No!¡Es una de las momias!
Este chiste cruel es casi tan viejo como las mismas momias, y viene al caso porque ayer, luego de mi vuelo vespertino, vi en la pantalla plana idiota una noticia que me dejó perplejo, anonadado, patidifuso y algo apendejadón: ¡Alguien se robó 20 momias del museo de Guanajuato!
Lo primero que pensé fue: ¿Y para qué demonios querrían robarse unas pinches momias?
Las respuestas más lógicas a esta interrogante que vinieron a mi mente son:
1.- Quien las robó quiere ambientar su casa para el próximo Halloween, aunque todavía falta mucho para esa festividad pagana.
2.- Alguien se las llevó del museo para darle un susto a su suegra metiche.
3.- Unos caníbales se las llevaron para hacer machaca.
4.- Que hayan revivido.
Ninguna de ellas me convenció, pero no veo otra respuesta sensata para tan disparatado hecho.
Las momias de Guanajuato son parte de la historia de México.
Allá, por los sesenta, se enfrentaron a El Santo y Blue Demon, luego que un hechizo las hizo volver a la vida.
Santo contra las Momias de Guanajuato (Director: Federico Curiel; Reparto: Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, Elsa Cárdenas, Patricia Ferrer y Juan Gallardo), fue un churrazo made in México que se ha convertido en todo un clásico porque de ahí se inspiró Michael Jackson para su cortometraje “Triller” y posteriormente los productores de Hollywood para sus películas de zombies, tan populares hoy en día.
Por cierto, hay individuos tan locos en el mundo, que piensan que existe la posibilidad de una invasión zombie, luego de que un virus mutante empiece a contagiar a todo mundo.
Yo no creo en esas mafufadas, pero por si las moscas, ya conseguí mi manual para conocer mejor a los muertos vivientes, incluyendo zombies y momias y poder sobrevivir al Apocalipsis.
En dicho manual se indica que los zombies son carnívoros, que puede haber de dos tipos: Los lentos y abotagados, y los ultra rápidos.
Si usted se encuentra con un grupo de zombies lentos, no hay problema. Basta con que corra más rápido o que se haga pasar por uno de ellos, untándose un poco de sangre, desgarrándose la ropa y alborotándose el pelo.
Pero si se topa con uno o más de los rápidos, búsquese un objeto metálico puntiagudo e intente atravesarles la cabeza. Es mucho mejor si cuenta con una escopeta de cañón recortado. Pero recuerde siempre darles en la cabeza, si no, se vuelven a levantar.
Luego de estos salutíferos consejos, los dejo con el refrán estilo Pegaso: “Equivaliendo a progenitora e invocando al Enmascarado de Plata”. (Valiendo madre y llamando al Santo).