Por Pegaso
En un país muy, muy lejano, hace muchos años había una clase social formada por pequeños comerciantes, profesionistas, técnicos y empleados.
En aquel entonces llegó al poder un político muy populista, gracias al apoyo de las clases menesterosas, que eran la mayoría.
Con el paso de los meses y después de los años, tomó medidas radicales contra los de la privilegiada clase alta, porque fueron quienes le pusieron obstáculos en su largo camino en busca del poder.
Pero, ¡oh, desgracia! En vez de aplastar a los poderosos señores del dinero, acabó por eliminar a la clase media, y ahora había más pobres en aquel país que repito, estaba muy, muy lejano y fue hace muchos años.
Se equivocan quienes piensan que Mexicalpan de las Tunas está igual que ese hipotético país.
Bueno. Sí. Un poquitín.
A pesar de todas las acciones que en los dos años de gobierno se han puesto en marcha para presuntamente acabar con la corrupción y someter a los adinerados, lo que realmente ha sucedido es que se ha castigado a las clases medias, porque a los ricos no les hacen ni cosquillas.
Por su parte, la clase depauperada, los más pobres, la mayoría, se la llevan de a muertito, esperando con ansias el cheque que les llega de parte del Gobierno para pagar los servicios y sus trácalas en Electra o Coppel, propiedad de Rucardo Jalinas, cuatacho de nuestro Pejidente ALMO.
¿Dónde están ahora los clasemedieros? Muchos se están dedicando a vender ropa, tacos, tamales y fayuca, para hacer frente a los gastos propios de su anterior nivel socioeconómico.
Los nuevos pobres no saben cómo ser pobres.
Es un hecho de que el comercio informal ha crecido brutalmente en lo que va del Gobierno.
Yo, sinceramente, poniendo las alas en el pecho, he criticado muchas de las políticas públicas porque veo que están equivocadas.
Me doy cuenta, por ejemplo, que el Pejidente la está regando -(uso el eufemismo “el Prejidente la está regando”, porque hay algunos amigos a los que les molesta que escriba: “el Pejidente la está cagando”)- al impulsar un sistema político socialista que ha demostrado su inefectividad. Como que nos estamos patraseando, en lugar de ir para adelante.
No sé si parte de los cánones del socialismo sea pelearse con todo mundo, causar la división del país y apapachar a las mayorías que votan para eternizarte en el poder.
Esa es una fórmula usada desde hace muchos años por las sectas religiosas: Se ganan a un buen número de seguidores, después inventan enemigos externos, como el diablo, que mete la cola en cualquier parte para atacarte y acabar contigo y finalmente, afianzan su poder gracias al lavado de coco que le hacen a sus feligreses.
En síntesis, si hay alguien que ha resultado perjudicado en lo que va del presente gobierno de izquierda, es la clase media. La clase media que está en vías de desaparecer, de engrosar a las clases marginadas, las cuales, desde mi punto de vista, a pesar de los apoyos que reciben, siguen igual de jodidas que siempre.
Va el refrán estilo Pegado: “De indistinguible manera, Juan es tu denominativo”. (De cualquier modo, Juan te llamas).