Por: Chano Rangel
Hoy es 20 de noviembre en un año normal, habría desfile, las escuelas públicas y privadas, engalanaba con sus cuadros revolucionarios, sus Adelitas y bailables típicos de la gesta armada, donde se pudo derrocar a una dictadura de 31 años. Y serian 35 si sumamos, el período en que dejo a su compadre Manuel González (1880-1884), a cargo del changarro de la presidencia de la república.
Por cierto y como dato anecdótico, es el general Manuel González, originario de Matamoros, el único tamaulipeco que constitucionalmente fue electo y fungió como presidente de la nación por un cuatrienio completo. Aunque si este dato no es preciso, ya los historiadores, me darán sus opiniones, aceptables todas por supuesto.
Pero no hay desfile revolucionario, tampoco se verán los carros alegóricos, en su lugar se ve por doquier gente con tapabocas, que ya en promedio el 90% de la población lo usa, gracias a las fuertes campañas de prevención de los gobiernos municipales y del propio estado, que no han dejado de actuar para prevenir y evitar contagios masivos.
Cuando el presidente se burlaba de la masacres en todo el país, no sé qué causaba su risa, sería una risa estilo hiena, porque de otra manera no podría haber explicación de un jefe de estado, ante esta lamentable situación.
En suma el país, ha visto en este 2020, el máximo histórico de fallecimientos en tiempos modernos, ni el terremoto del 1985, ni las catástrofes naturales, han dejado tanta tristeza y desolación. En números solo la revolución mexicana, ha sido superior en número a los muertos por covid-19 y la violencia acentuada en este periodo, de 2018-2020.
Si el presidente acusa a sus adversarios de usar la pandemia como una forma de atacarlo, grave error comete el mandatario, las elecciones del 2021, mostraran quien tiene la razón, los errores o aciertos se pagan en la urnas y la siguiente elección puede ser el golpe que derrumbe las aspiraciones de postergación de poder de López Obrador.
En este momento ya no tiempo, ni excusa para culpar a los adversarios políticos, a la mafia del poder, a los neoliberales, que parafraseando las palabras de Cesar el Emperador Romano, podríamos recordarle al presidente “Sabemos que hubo y sigue habiendo corrupción, pero no culpe al pasado de sus acciones”. Esas solo suyas y debe de asumir la responsabilidad como tal.
El presidente que presumía austeridad republicana, ya se acabó el dinero, no solo el del gasto corriente, el que proviene de la autorización del congreso como Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Federación (PIEF), si no también acabo con todo los ahorrado, como el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestales (FEIP) o el de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), por eso la urgencia de echarle mano a los fideicomisos, y poder tapar los agujeros negros en la economía y los dineros de todos los mexicanos.
Si tuviéramos un combate eficaz a la pandemia de covid-19, entonces justificado estaría el gasto exorbitante de recurso, pero no es así más de 100 mil muertos hablan y dejan claro el fracaso de la estrategia, y solo dejaran en el futuro caos y desolación económica, el 2021, será difícil.
Mientras el presidente habla de que vamos requetebién, y acusa a sus adversarios de todas sus desgracias, los mexicanos nos seguimos preguntando ¿y el covid apa?
De Aquello y lo demás…
La etapa selectiva en Tamaulipas ha entrado en un inn-pass, en una pausa pues, los partidos políticos, incluyendo al del gobernador Cabeza de Vaca, el PAN, analizan las posibles alianzas y escenarios para el próximo 2021.
Con esta pausa, claro está que el que tomas las decisiones en Acción Nacional en la entidad, deberá y analiza, quien le puede garantizar un triunfo en las principales ciudades de Tamaulipas, y es ahí donde los sacrificados pueden ser sus amigos; los ojos están puestos en Reynosa, donde ninguno de los prospectos apoyados por la capital levanta polvo, y no les dan los números para competir en una lucha dura y cerrada.
Como lo dijimos con anterioridad, las candidaturas se construyen, los perfiles políticos se cultivan y forjan en las batallas, y no se puede llegar de la noche a la mañana nomas por el simple hecho de compadrazgos y amistad, el horno no está para bollos.
Mire el mismo tema pero en Matamoros por ejemplo, la 3 veces heroica, mide y mide y nomás no da el ancho Héctor Escobar, o el simpatiquísimo Carlos García, que ya mordió el polvo la elección pasada, o su señora esposa, Ivette Bermea, que si las elecciones fueran en este momento, no estoy seguro, que lugar ocuparían si el segundo o el tercero, el primero seguramente sería el alcalde Mario López.