Por: Chano Rangel
Parece ser que el presidente tiene prisa, rencor, odio y una verdadera tirria en contra del mandatario de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, pisotear la constitución, obligar que un juez brinque a la autoridad de un ministro de la corte suprema, son cosas que dan mucho de qué hablar.
Sin defender a nadie, no soy ni abogado, ni jurista, tampoco soy conocedor de si el gobernador tiene delitos o no, si los tiene que se castiguen, pero si no lo tiene que se le deje en paz y se respete la voluntad de los tamaulipecos y la soberanía del estado.
Los puntos que resaltar y preguntas que responder, quizá la deban tener los legisladores de Morena en el Senado y Cámara de Diputado, ¿cómo siendo ellos representantes de otro poder autónomo sabían que un juez librara una orden de aprehensión? ¿Cómo supo Ricardo Monreal el momento y la hora de emitida la orden? ¿Cómo supo el diputado Mier, de la orden del juez? Digo y reitero no estoy defendiendo a nadie, pero lo más lamentable es que un juez, se salte sus atribuciones legales y anteponga las órdenes de un jefe, a la carta magna de México.
El ministro González Alcántara, y fue propuesto a la corte, por el Presidente López Obrador, y este fue quien en un texto jurídico muy claro, dejó el precedente de que era lo que correspondía; y otra vez desde el púlpito de las desgracias, se vuelve a escuchar “al diablo las instituciones”.
Ya el enojo del presidente está pisoteando a la Suprema Corte, y dónde está Arturo Zaldívar, ministro presidente de SCJN, las voces de reclamo en todo el país están subiendo de tono peligrosamente, y lo que pregonaba el presidente de querer unas elecciones limpias y en paz, parecen ser incendiadas por el mismo, desde sus mañaneras, ocurrencias y el pisoteo de la constitución.
Hoy vemos de nueva cuenta vicios de los peores momentos del priismo, los que pensábamos que iban a cambiar, vemos como un presidente ataca los poderes de un estado, de manera visceral y fuera de la ley, como usa al congreso y al senado como cámaras ejecutoras y con sed de venganza política.
Hoy no solo el gobernador de Tamaulipas, es perseguido, sino todos aquellos que piensa diferente, lamentable es que en un país, tan endeble en sus instituciones, sea el mismo presidente quien quebrante el orden, bajo el argumento, de “aquí mando yo y punto” y “se hace lo que yo digo”.
Pero más lamentable aun, es que esta situación le urja tanto la presidente, en pleno cierre de procesos electorales, como que quiere mostrar un trofeo al electorado para saciar el hambre de la los chairos. Un proceso que se decía iba a barrer Morena y se cae a pedazos en cada rincón del país; el norte es una prueba de ello.
Al tiempo.
De Aquello y lo demás…
El congreso de Tamaulipas, no hizo ningún cambio, ni llamó a sesión extraordinaria, ni mucho menos para nombrar algún sustituto del gobernador, su quehacer fue el ordinario como lo expresaron el líder del congreso Gerardo Peña Flores y dictados de la cámara.
En entrevista corta pero precisa el líder congresal de Tamaulipas, aclaro y puntualizó la pregunta de periodistas sobre el tema del desafuero, a lo que argumentó, que la Suprema Corte ya definió y ese es el resolutivo que el congreso tiene en cuenta.
No vamos a quebrantar la ley, un ministro de definió al respecto y eso es lo que marca la ley y la constitución, para el congreso de Tamaulipas, al decisión de la corte está por encima de todo autoridad legal del país.