POR José Inés Figueroa Vitela
En la contienda electoral que transitamos, no están peleando “las monas de los cerillos”, como se decía antes de la Venus sin brazos, que ilustra la histórica caja de fósforos.
En este proceso para la renovación de la gubernatura tamaulipeca, lo que trasciende, más allá de los individuos y camarillas, son las formas de hacer política, entre las tradiciones del viejo régimen y un nuevo estilo que busca imponerse para conformar una era distinta.
Aunque para el PAN ha sido, tácitamente, debut y despedida, su paso por el gobierno tamaulipeco, hoy busca enraizarse en las viejas formas y estructuras priístas, en un acto desesperado por prolongar su estadía en los espacios del poder y el presupuesto.
Son los panistas los que buscan cruzar el pantano de la transición sexenal, pisando sobre las cabezas de un priísmo, viejo y decrépito, que pretende o simula acompañarle.
El disminuido priísmo, y el PAN vilipendiado –del fantasmagórico perredismo ni halamos-, no acaban de encontrar la ruta hacia el continuismo en el usufructo del poder, pero no dejan de intentarlo.
Desde que el INE y el IETAM metieron al Congreso Local, en la anterior legislatura, una reforma a modo del PAN, ya pintaban sus tendencias de parcialidad en contra del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, que crecían a pasos agigantados en el ánimo popular.
Antes de partir “a nuevas misiones” el mes pasado, la anterior delegada del Instituto Nacional, OLGA ALICIA CASTRO RAMÍEZ –la misma que llevó la reforma aquella al Congreso-, dejó “sembrados” 900 capacitadores electorales.
Son los mismos que reclutarán a los funcionarios de casilla en el proceso de este año y en las pasadas elecciones, resultaron “muy solícitos”, para el traslado de los paquetes electorales de las casillas a los consejos electorales, muchos de ellos, con sospechosas paradas en el trayecto documentadas.
Entonces había más concurrencia de manos y ojos con el empate de la elección local y federal, que permitieron, donde se quiso y pudo –que fue lo menos-, abortar la intentona del fraude electoral maquinado.
Hoy los escenarios son distintos; es uno solo el objetivo de los perversos en la escena y la ruta de la estructura oficial electoral no es la única por la que, evidentemente, la gente del gobierno local panista busca valerse para perpetuarse en el poder.
Aunque, oficialmente las precampañas han terminado y nos encontramos en un impasse llamado “intercampañas”, los actores electorales de la Coalición Va por Tamaulipas. no han cesado en el activismo en variados frentes.
La captación y cooptación de los actores históricos del viejo régimen, igual son el pan de cada día en ese frente de batalla que se extiende por los 43 municipios del Estado y en especial, los rurales, de menos población, pero pretendida mayor maleabilidad, alejada del escrutinio central.
Por supuesto, antes lo señalé, en esta elección nadie anda solo.
Muchos de los excesos cometidos por la causa oficial doméstica, en lo que va del proceso, fueron puntualmente documentados hasta sumar casi 70 denuncias que han sido presentadas puntualmente ante las mesas jurisdiccionales.
En el IETAM ya inició la ronda de las exoneraciones, pero instancias abundan para llegar a la verdad jurídica que se lea en término de justicia llana.
Aunque hay quienes apremian por el reclutamiento y capacitación de la estructura electoral que fungirá el Día D, defendiendo la causa morenista en las casillas, siendo un elemento ineludible, no es precisamente el centro de la nueva praxis política de la 4T.
En el amplio espectro, lo que permea es el cuidado de la marca, centrada en la figura del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, palanca del grueso de los votos morenistas a nivel nacional.
En ese campo, el Presidente sigue ampliamente calificado, por sobre los embates que cada vez más suben de tono, no efectos contrarios a los de sus autores, lo quiera o no, yo, usted, o todos los terceros interesados.
El concurso de la figura del candidato, en este caso el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, tampoco es “de palo”; su historia de honestidad y decencia, son la confirmación de aquellas primicias que igual han atacado, sin éxito, desde la contra.
Un tercer factor es la especie, histórica también, de que a través de la inducción y el torcimiento de la voluntad popular, el impacto en el universo de una copiosa concurrencia a las urnas, como la que se espera, no supera el cinco por ciento.
Eso es insuficiente para remontar las diferencias reportadas por la mayoría de las encuestas y en particular, aquellas que son consideradas serias y profesionales.
La lucha es real, cada cual con sus respectivas asideras. Haga sus apuestas.
En el Congreso Local, igual ayer las fuerzas políticas actuantes libraron otra lucha, con saldos que vale la pena reseñar.
Desde la llegada, con declaraciones acuñadas con las tres agravantes -premeditación, alevosía y ventaja-, los panistas se ahogaron en su lengua, víctimas de sus propias acciones y actuaciones recientes.
El dirigente estatal del partido, CHACHORRO CANTÚ, no pudo reclamar las críticas morenistas contra el alcalde capitalino, EDUARDO GATTÁS, sin detrimento de la falta de argumentos, porque ellos, callaron y acompañaron los excesos del anterior trienio emanado de sus filas.
Y el MOYO GARCÍA, coordinador de la bancada, se quedó en la intentona de “defender a los periodistas” en la figura de Carlos Loret de Mola, sin detrimentos de las amenazas y persecución que marcó el inicio del sexenio panista contra periodistas, porque la exhibida de los ingresos de aquel, eventualmente se equipararía a la publicación de falsas propiedades vehiculares que el Estado panista hizo del presidente morenista del Congreso Local.
Luego ya en la sesión plenaria, los panistas siguieron dándose de topes, ante la reivindicada mayoría morenista, acompañada del emecista GUSTAVO CÁRDENAS GUTIÉRREZ, contras la minoría que ellos representan, acomparsado por los dos priístas.
Así, por 19 votos a favor y 17 en contra, se aprobaron las reformas a la Ley para el Funcionamiento Interno del Congreso Libre y Soberano de Tamaulipas propuesto por MORENA y se rechazaron las propuestas suspensivas y modificadoras presentadas por el PRIAN, con todo y sus rabietas.
Hasta la panista Presidenta de la Mesa de los Debates, IMELDA SANMIGUEL, presentó otra actitud, pretendiendo dar visos de imparcialidad a su gestión, aunque perdida la causa, terminó por mostrar todo su rostro militante para lanzarse con furia contra los adversarios.
Primero le negó a su coordinador, el MOYO, la intención reiterada de insistir en una moción suspensiva que ya había presentado la priísta ALEJANDRA CÁRDENAS; luego remitió a la discusión “en lo particular” una propuesta de su bancada para modificar la propuesta, cuando se trataba “en lo general” y luego reclamó a otra compañera que definiera los artículos de su intervención, al no mencionarlos.
A la exmorenista, LETICIA SÁNCHEZ GUILLERMO, también usaron los del PAN para reclamar, en el punto de asuntos generales, el tema de la casa del hijo del presidente en Houston y la que en la playa de Madero han adjudicado al alcalde victorense EDUARDO GATTÁS.
Temas que ya han sido suficientemente aclarados en los medios, pero de los que no se dieron por enterados, insistiendo en “que se aclaren”.
Igual se siguieron con lo de “Los CARMONA”, en una carrera de relevos entre panistas, tratando de llevar agua a su seco molino, a través de infundios, como único argumento para remontar el mal humor social acendrado, con su paso por el gobierno local.
Con su PAN se la han de comer.