Por Pegaso
Después de mi vuelo vespertino me dispuse a dar un chapuzón en el proceloso mar de la Internet para ver las más frescas noticias, comentarios, memes y top trendings.
Me topé con una frase arrolladora del inefable y laureado literato mexicano-español Paco Ignacio Taibo II: «Sea como sea, se las metimos doblada, camaradas».
En las últimas semanas, previo a la entrada del nuevo Gobierno Federal, se ha suscitado una polémica al interior de las cámaras de diputados y senadores, ya que el Peje ha propuesto a Paquito como el próximo Director General del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Es decir, estará a cargo de autorizar lo que se publique o no se publique en México durante los siguientes seis años.
Paco Ignacio Taibo II es reconocido a nivel nacional e internacional por su procaz vocabulario y su estrafalaria forma de vestir.
La Ley Federal de Entidades Paraestatales impide que alguien nacido fuera de territorio mexicano pueda ser titular de una de esas dependencias.
El aludido nació en Gijón, España con el nombre de Francisco Ignacio Taibo Mahojo, de padres españoles. Fue naturalizado mexicano en 1984, después que su progenitor, de filiación socialista, salió huyendo de aquel país perseguido por la dictadura de Franco.
Es escritor de novelas policíacas y ha recibido el Premio Hammett en 1988, 1991 y 1994.
Entre sus obras más sobresalientes se encuentran: Días de combate (1976), Cosa Fácil (1977), No habrá final feliz (1981), Algunas nubes (1985), Regreso a la misma ciudad y bajo la lluvia (1989), Amorosos fantasmas (1989), Sueños de frontera (1990), Desvanecidos difuntos (1991) y Adiós, Madrid (1993).
Pero es además autor de muchos otros libros y ensayos que han hecho las delicias de chicos y grandes durante varias generaciones. Es algo así como un Cri-Cri guarro.
Las picantes frases de Paco sólo son el preámbulo de lo que veremos en el próximo gobierno socialista. Ya les he dicho, y no fue necesario consultar al Brujo Mayor, a Mahoni la Cubana o a Walter Mercado para saberlo: El próximo sexenio será morrocotudo y bien divertido, por las picantes frases y ocurrencias de todos sus miembros, empezando por el jefe máximo.
Pero la verdad es que a esos niveles no es nada raro que alguien utilice un lenguaje o actitud soez para regodearse y humillar a sus contrapartes políticas.
¿Cómo no recordar a «La Güera» Rodríguez Alcaine, entonces Secretario General de la CTM cuando dijo: «En política lo importante no es la miada, sino hacer espuma»?
O aquella inmortal frase de Peña Nieto que dice: «A ustedes no hay chile que les embone».
Y si hablamos de señales obscenas, ahí tenemos la famosísima «roqueseñal», magistralmente interpretada por su creador, Humberto Roque Villanueva.
Ahora bien, ¿qué va a pasar con la cultura del país ahora que Paquito el del Barrio asuma la Dirección General del Fondo de Cultura Económica?
Lo más probable es que todo mundo adopte alguna de sus chispeantes e hilarantes expresiones, por ejemplo, cuando en un concurso escolar alguien gane de manera muy forzada, éste se dirigirá a sus compañeritos y les dirá: «Sea como sea, se las metimos doblada, camaraditas».
En el ámbito laboral, cuando a un obrero le descuenten el día por haber llegado tarde, el Jefe de Personal se dirigirá a él con estas aladas palabras: «Sea como sea, te la metimos doblada, camarada», o en un partido entre el América y las Chivas, el ganador le dirá al perdedor, cuando sea entrevistado por algún medio televisivo: «Sea como sea, se las metimos doblada, camarada».
Pero no hay que ser mal pensados. Tal vez Paco Ignacio Taibo II no se refería a lo que todos pensamos que se refería, sino a algo muy diferente.
Quizá los petulantes y ardidos priístas, panistas y perredistas sacaron la frase de contexto para atacarlo sin motivo alguno y dejarlo fuera del FCE.
No sé. Se me ocurre pensar que alguna curvilínea edecán estaba sirviendo una taza de café y Paco tomó una cuchara doblada para introducirla de forma diligente y disolver con ella el azúcar. Aquí tomaría sentido la frase: «Sea como sea, se las metimos doblada, camaradas».
Otro ejemplo que se me ocurre es el de una carpeta con una hoja doblada, o la cartera que se le había caido a algún legislador, que Paco tomó y llevó hasta su bolsillo.
Los dejo con esas sesudas reflexiones.
Va el refrán estilo Pegaso: «Luego entonces, ¿con tal pequeña cavidad bucal ingieres tus alimentos?» (Y, ¿con esa boquita comes?)