Por Pegaso
Andaba yo volando allá, cerca de la estratósfera, meditando sobre la gran oportunidad que perdieron los priístas para renovarse, para empezar de cero, para remontar la falta de credibilidad que se han ganado a pulso.
El PRI pasó de ser el partido hegemónico de México en el 2000, cuando ganó la Presidencia de la República el botarate panista Vicente Fox y luego con el enano físico y mental de Felipe Calderón. La nueva Docena Trágica, dirían algunos.
Y aunque Peña Nieto no canta mal las rancheras, la verdad es que se ha convertido en el principal enemigo de su partido.
Por ese mismo motivo yo llegué a pensar muchas veces-¡iluso de mí!-que los militantes del Revolucionario Institucional no permitirían que siguiera adelante. No con las mismas mañas, hábitos y costumbres.
Decía yo en una colaboración anterior que el PRI necesitaba renovarse o morir. Hasta propuse que cambiara de nombre, logotipo, colores y gente, a ver si así la raza podría confiar un poquito más en ellos.
Recordemos que el PRI ya ha pasado por eso al menos en dos ocasiones y una tercera no parecía tan descabellada.
Hasta propuese algunos nombres que quedarían ad hoc para que los altos jerarcas o las mismas bases escogieran de entre ellos. Aquí los recordamos:
-Partido Ecléctico, Democrático, Obrero, Racionalista, Revolucionario y Ortodoxo (PEDORRO).
-Partido Vamos por Más (PVM).
-Partido Salinista Democrático (PSD).
-Partido Institucional del Nuevo Cambio Heroico y Épico (PINCHE).
-Partido Único de Penitentes (PUP).
Si no les gustaron esas propuestas, no sé qué otras podrían funcionar para que la gente vuelva a votar por ellos.
Uno de los cambios que sí aplicaron en la 22 Asamblea Nacional fue que se quitó el candado para que los candidatos a la Presidencia de la República puedan ser externos.
Así, se abre la puerta a un sin número de posibilidades, por ejemplo, pueden postular, ahora que está de moda, a Rafa Márquez.
Si no les cuadra esa opción, ahí tenemos a la Diputada Federal Carmelita Salinas, alias la Corcholata, o a la Chupitos, o a Cuahutémoc Blanco, o a Brozo, el payaso tenebroso.
Ayer platicaba con un fino amigo sobre este mismo tema.
Y me decía algo que me sacó de onda, pero que en el fondo tiene lógica: El PRI le está abriendo camino a Carlos Slim para que sea su candidato a la Presidencia de la República.
Si bien el magnate ha coqueteado en algunas ocasiones con esa idea, no es nada descabellado que en las altas cúpulas del Gobierno Federal y del PRI se esté gestando tal proyecto.
«Es el único que le ha respondido a Donald Trump»,-dijo mi amigo.
Pero además, Slim cuenta con una fortuna de cerca de 54,500 millones de dólares, suficiente para hacer una campaña política de lujo, sin necesidad de mandar madrear a los candidatos rivales.
Dentro del selecto grupo de multimillonarios, en realidad, Donald Trump es un pequeño charalito en un estanque lleno de tiburones.
Y Slim es uno de esos escualos.
Las empresas más exitosas que tiene este pobretón son las siguientes: América Móvil, Grupo Carso, Inbursa, Teléfonos de México, y muchas más, con acciones en una buena parte del mundo: Brasil, España, Estados Unidos, América Central, Perú, Colombia, Ecuador, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Austria, Bulgaria, Bielorrusia, Croacia, Eslovenia, Serbia y Macedonia.
Slim, nuestro milloneta, ocupa ya el sexto lugar en la lista de Forbes, al haber perdido en los últimos años cerca de 21 mil millones de dólares, tras las reformas aplicadas por el Gobierno de Peña Nieto al ramo de las telecomunicaciones.
Pero recordemos que a final de cuentas, Peña Nieto no es el que tiene la última palabra. Ésta la tiene un gnomo muy inteligente y maligno, que es el que mueve las redes en el país, y es quien dirá en última instancia quién será el candidato del PRI a la Presidencia de la República, y del PAN, y del PRD, y de MORENA…
Que Carlos Slim sea candidato, significaría un contrapeso para el engreído nazi que gobierna en los Estados Unidos. Recordemos que el mexicano es también dueño de la mayoría de las acciones del The New York Times, el periódico más importante de ese país. Y podría comprar también el The Washington Post pero creo que no tiene morralla para eso.
Así pues, en este juego del poder, no todo es lo que parece.
Quienes en realidad mueven al mundo no son los que aparecen en las listas de Forbes o Fortune, sino los de más atrás, los que operan desde la obscuridad.
¿Ha escuchado de las fabulosas fortunas que logran amasar los narcos mexicanos y colombianos? Esos son sólo intermediarios en el negocio de la droga. Quienes verdaderamente ganan dinero son los mafiosos gringos. Ellos son los que están detrás de esos risueños señores que salen retratados en las listas de multimillonarios. Son los que dicen quién vive y quién muere, los que tumban gobiernos, los que hacen leyes a su conveniencia.
Se agrupan en sociedades secretas, tales como Skulls and Bones, Riffle Association, Ku Kux Klan, el Club de Bohemia o el Grupo Bilderberg. ¡Ahhh!¿No me creen? Échenle un ojo al artículo publicado por Discovery llamado: «Las Sociedades Secretas que Controlan el Mundo».
Pero volvamos a nuestro PRI.
Pienso firmemente que perdieron la oportunidad de renovarse… y ya no habrá otra ocasión para hacerlo.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: «A pesar de que la hembra de simio se atavíe con lujosas vestimentas elaboradas a base de fibras producidas por la oruga de la morera, permanecerá con sus mismas características físicas». (Aunque la mona se vista de seda, mona se queda).