Por Pegaso
¡Ja, ja, jaaaaaa! Leía yo las columnas de algunos de mis colegas sobre la jalada de pelos que se aventó la diputada federal por Tampico, Olga Sosa Ruiz, al proponer que haya castigo contra los que suban a las redes sociales videos de «ladies» y «lores».
Según la avispada legisladora, eso constituye «violencia digital», un término que se sacó de la manga para estar en concordancia con los nuevos tiempos, donde la tecnología permea todo tipo de actividades.
Después de mi vuelo matutino me puse a pergeñar esta futil colaboración sobre el tan sobado, llevado y traido tema de las «ladies», el cual yo creía que ya se ahbía agotado, sin embargo, de repente aparecen este tipo de exabruptos que le confieren nueva actualidad.
¿Qué pasó con la legisladora Olga Sosa después de presentar tan genial iniciativa en la Cámara de Diputados?
Recibió una sopa de su propio chocolate. Ahora es conocida a nivel nacional, internacional y mundial con el merecido moquete de «#LadyCensura».
Le salió el tiro por la culata a esa representante social que, sin embargo, no acaba de comprender cuál es el sentido y el valor social de las redes.
Si alguien está leyendo esta columna y conoce a la diputada, hágasela llegar cuanto antes para que le caiga el veinte.
Las redes sociales, que gracias a la popularización de la tecnología están al alcance de todos, se han convertido en un valioso instrumento de denuncia. Gracias a las redes sociales han caído gobiernos opresores, se han descubierto las transas de los políticos y se ha castigado los abusos de los prepotentes.
Para que la diputada sepa cómo nació este fenómeno, el Equipo de Investigaciones Especiales de Pegaso (EIEP) se dio a la tarea de investigar los antecedentes del mismo.
Corría el año del 2013. Dos briagas jovencitas conducían su auto a gran velocidad sobre la avenida Mazaryk, en Polanco. Una de ellas era Azalia, participante en el reality show de Telerisa Big Brother, a quien apodaban «La Negra».
Un cumplido agente les paró el alto y éstas empezaron a insultarlo, recordándole a su santa y abnegada mamacita. Por fortuna, todo eso fue grabado e inmortalizado bajo el título de «Las Ladies de Polanco», convertido después en el hashtag #LadyPolanco.
Y de ahí todo fue como una bola de nieve cuesta abajo. Empezaron a aparecer ladies por todos lados. Siguió #LadyProfeco, cuando una abusiva chava ordenó la clausura de un restaurante porque no le dieron la mesa que pedía.
Y de las ladies, obviamente tenía que pasar a los lores.
En el 2016, un tipo que conducía un auto de la marca Audi, circulaba por un carril exclusivo para bicicletas. Fue perseguido, pero logró huir, no sin antes dejar en las redes su inmortal frase: «Es México, güey. Capta». Y pasó a la historia como #LordAudi.
De ahí pa’l real, el tema de las ladies y lores se convirtió en tendencia nacional. No pasaba un día sin que el país conociera los desmanes, excesos y abusos de sujetos y sujetas que se creían cagados por Dios.
#Lady100pesos, #LordPopo, #LadyChiles, #LadyWuuuu, #LordWalmart, #LadyCajero, #LadyChiles, #LadyMamada y la lista es interminable.
Para que una #lady o #lord pegue, es necesario que se cumplan varias condiciones:
-El hecho debe ser original.
-El protagonista no necesariamente tiene que ser de billetes. Basta con que sea prepotente y mamón.
-Es absolutamente necesario que alguien lo grabe en el momento preciso. Si el tipo o tipa anda borracho, mejor, porque así le saldrán más naturalitos los insultos a la policía y las señales obscenas.
-El título del #hashtag tiene que ser ingenioso.
Y ahí está la receta para un video que se puede hacer viral.
Olga Sosa, la diputada tampiqueña, ha aprendido por experiencia propia.
De aquí en adelante, por el resto de su existencia, será universalmente conocida como #LadyCensura, porque lo que se sube a las redes ya no se puede bajar.
Las redes sociales son la válvula de escape que tiene la gente, ante la impotencia que causan los abusos del poder.
Modas como la de las ladies y lores son una democrática forma de «castigar» a quienes incurren en excesos, desde encumbrados funcionarios y hombres de empresa, hasta sujetos y sujetas que demuestran su escasa cultura con actitudes prepotentes.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso que dice: (Estás catalogado como un individuo de escasos insectos ápteros que parasitan a los mamíferos». «Eres un tipo de pocas pulgas».