Por Pegaso
¡Amiguita!¡Amiguito! Si te gustan los cuentos de hadas no te puedes perder las divertidas y simpatiquísimas aventuras de tu personaje preferido.
Harán las delicias de propios y extraños.
Todo ocurrió cuando el Senador Estadounidense Tomás Algodón (Tom Cotton) dio unas declaraciones a la empresa de televisión Fox News, allá, en Gringolandia, donde afirmó que la política de “abrazos y no balazos” implementada por nuestro bisoño Gobierno es un cuento de hadas.
Como el congresista no dio más detalles y quedó en suspenso a cuál de los muchos cuentos de hadas que hay en el mundo de la literatura infantil se refería, el Equipo de Creativos de Pegaso (ECP) se dio a la tarea de analizar algunos de los más populares para que mis dos o tres lectores puedan hacer un comparativo con la realidad que se vive hoy en México.
Venga, pues.
1.- PEJERUCITA ROJA: Una tierna niña se adentra en el tenebroso bosque, lleno de horripilantes alimañas que se la pasaban publicando todo lo que hacía y decía. Al llegar a la cabaña donde estaba su abuelita, la encontró acostada en su cama, pero en realidad era el Lobo Fifí que se había comido entera a la dulce cabecita de algodón.
Pejerucita se acerca y le pregunta: Abuelita, ¿por qué tienes esos ojos tan grandes? Y le contesta el lobo, fingiendo la voz: Pues para observarte mejor. Pero, ¿por qué tienes esas orejas tan grandes? Para espiarte mejor. ¿Y por qué tienes esos bots tan grandes? ¡Para atacarte mejor!
2.- PEJUNZEL: Érase una vez una doncella que estaba encerrada en Palacio Nacional. Ella temía salir para no encontrarse con las muchas manifestaciones que los villanos hacían por falta de medicinas en los hospitales, falta de pago a maestros y falta de recursos para el campo, además de los furibundos alcaldes que querían más presupuesto para sus feudos.
Afortunadamente llegó el Príncipe Chairo, quien, para rescatarla, le pidió que arrojara por una ventana la blanca y larga trenza que la doncella había tejido durante las mañaneras. Y así fue como la rescató de tanto conservador que la mantenían prisionera.
3.- PEJE NIEVES Y LOS SIETE ENANOS (MENTALES). Peje Nieves llegó hasta una pequeña cabaña perdida en el bosque, perseguida por la malvada mafia del poder. Se acomodó en una de las siete camitas que allí había y se durmió. Cuando despertó, se vio rodeada de enanitos que la veían con cara de idiotas. La historia termina cuando Peje Nieves forma su gabinete y les otorga a cada uno de ellos una Secretaría. A Tontín le correspondió la de Relaciones Exteriores.
4.- LA PEJECIENTA: Aquella dulce jovencita era infeliz, porque vivía con su madrina y sus hermanastras fifís. Un día llegó una invitación para un baile en el castillo del Príncipe Chairo y La Pejecienta se puso triste, porque no tenía nada qué ponerse. En eso se le apareció la Hada Madrina de la Cuarta Transformación y le regaló un modesto Tsurito con el que pudo llegar al castillo. Al dar la medianoche tuvo que salir precipitadamente, dejando una delicada zapatilla. El Príncipe Chairo buscó y buscó por todo el reino, hasta que encontró a La Pejecienta barriendo y lavando los calzones de su madrastra. Se la llevó y vivieron felices por todo el sexenio.
5.- LA PEJEBELLA DURMIENTE. Esta es una encantadora historia. La Bruja Neoliberal quería ser la más hermosa, así que cuando nació Pejebella, fue hasta donde estaban sus padres con ella y le lanzó una terrible maldición que la mantuvo dormida hasta los dieciocho años de campaña política. Finalmente, el apuesto Príncipe Chairo llegó y con un beso de apasionado amor la despertó.
Las historias y situaciones descritas en esta colaboración son mera fantasía. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Venga el refrán estilo Pegaso: “Y tonalidad rojiza, tonalidad enrojecida, esta narración ha llegado a su conclusión”. (Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado).