Por Pegaso
Esta columna está de luto. Murió Lourdes Ruiz, mejor conocida en México y el Mundo como «La Reina del Albur».
Volando yo sobre los cálidos cielos de Reynosa, este fin de semana, me enteré de la triste noticia. Se nos fue una grande (Nota de la Redacción: Nuestro colaborador no se dio cuenta que esa frase en sí encierra un ingenioso albur).
Lourdes Ruiz formó parte del dilecto grupo de «Las 7 Cabronas e invisibles de Tepito», mujeres que trabajan en puestos de ese barrio popular, representativas de lo más tradicional de la cultura popular chilanga.
Las crónicas periodísticas refieren que murió de un paro cardíaco.
La «Verdolaga Enmascarada», como también se le llamó, falleció a los 48 años. Desde joven se destacó en el refinado y galano arte del albur mexicano, ganando el primer lugar en un torneo en 1997. Desde entonces se le empezó a conocer fuera del Distrito Federal e inclusive, más allá de nuestras fronteras.
*La Reina del Albur» era una mujer humilde en su vida privada, dedicada a su puesto de ropa en la populosa colonia capitalina.
«Vendo calzones de bajo color y si la gente lleva dinero, hasta mamelucos»,-decía, entre sonoras carcajadas.
De rostro pícaro, ojos almendrados y rostro moreno, Lourdes Ruiz escribió un libro publicado por la Editorial Grijalbo llamado: «Cuando te veo, palpito», donde plasmó toda su sabiduría y expertís en el apasionante tema de los albures.
Ataviada con su inseparable mandil, cada que alguien se lo pedía se aventaba un rosario de albures, empezando con los siguientes:
-Cuando eras policía bien que lucías tu pito, y ahora que pasa el tiempo no lo muestras ni tantito.
-No atranques tu cerradura, que aquí traigo tu llave, la que no se descompone, por más que metas y saques.
-No te me bajes del banco ni se te caliente el ojo, ya ves que de día soy manco y de nochecita, cojo.
-Un pajarito al votar fue a tu casa desde el centro, ¡qué contenta has de estar con el pajarito adentro!
«La Reina del Albur» tenía un repertorio que haría sonrojar al mismísimo Polo Polo, a Jo Jo Jorge Falcón, al Chis Chaz y a la Chupitos juntos.
Son escasas las mujeres que se dedican al albur, porque se supone que se trata de penetrar metafóricamente al contrario, con frases ingeniosas y juegos de palabra, casi siempre de alto contenido sexual o erótico.
Sin embargo, un buen albur no tiene por qué ser vulgar, ya que da lugar a asombrosas composiciones sintácticas que salen naturalitas de la mente del peladito o peladita de barrio.
Lourdes Ruiz Baltazar, su nombre completo, se dedicó en cuerpo y alma a difundir esa parte de la cultura popular mexicana, ya que fue tallerista, escritora y hasta participante en programas de televisión, donde era frecuentemente invitada por su chispa y conocimiento del albur mexicano.
En las redes sociales se dio a conocer su fallecimiento, pero la causa verdadera no fue un infarto, sino un «inflarto».