Por Pegaso
Andaba yo volando allá, cerquita de unos enormes cúmulos nubosos, gozando de la fresca lluvia del otoño, viéndo cuán rápido pasa el tiempo y cómo las estaciones se suceden unas a otras sin darnos casi tiempo a respirar.
Por cierto, hace poco menos de cuatro años nació ésta columna, pero se me ha hecho un período de tiempo muy corto.
Por ella han pasado personajes ficticios y reales, situaciones hilarantes, temas de reflexión y uno que otro exabrupto.
Dos años después, en el 2015, quise hacer un ejercicio de interlocución creando un chat en WhatsApp llamado precisamente «Pegaso».
Incluí en la lista a la mayoría de mis contactos, a las personas con las que tengo una entrañable amistad o que me han demostrado confianza a lo largo de mi carrera de periodista.
En un principio me preguntaban: «¿Y cuál es el propósito de éste grupo?»
Yo les respondía que era para informar, intercambiar opiniones, retroalimentarnos informativamente, algo de cotorreo y para dar nuestras particulares opiniones en torno a temas de actualidad.
Y así fue al principio.
Yo recuerdo que durante una de las primeras visitas que hizo el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, dio su número telefónico personal, el que contesta, e inmediatamente me pareció buena indea incluirlo en el chat.
Tras un saludo a todos los integrantes del grupo, reiteró su ofrecimiento de estar a la orden de todos, salvo que ese número estaba destinado única y exclusivamente a recibir denuncias ciudadanas sobre temas de la delincuencia. Poco después abandonó el grupo.
Sin embargo, en el transcurso de éstos dos años «Pegaso» se ha caracterizado por ser un espacio libre, muy participativo y en ocasiones se ha convertido en ring de box.
Yo, como Administrador, les he dicho a mis amigos que las opiniones, noticias, fotos, comentarios, consejos, oraciones, cadenas, críticas y tips son bienvenidos.
Uno de los primeros incidentes, si se puede llamar así, fue con un cuate de muchos años, quien empezó a utilizar un lenguaje procaz. Le supliqué que por respeto a las damas del grupo se moderara, pero prefirió salirse antes de renunciar a su estilo prosaico e irreverente.
En el lapso del último año noté cómo algunos no desaprovechaban la ocasión para ejercer su derecho de crítica, lo cual es completamente válido, pero hubo quienes se pasaron de la raya y hasta insultos subidos de tono utilizaban para referirse a las autoridades locales y estatales.
Sé que ninguna autoridad es perfecta, pero sí perfectible, así que la disidencia puede ser necesaria y hasta deseable para corregir el rumbo.
Yo no soy nadie para coartar el derecho de libre expresión, pero sí debo oponerme a que el grupo se utilice para cumplir consignas o descargar odios.
Tras la petición para que moderes sus comentarios hay quienes me piden que los saque del chat y otros se salen por sí mismos, pero eso siempre me deja un mal sabor de boca porque siento que la amistad se va erosionando.
En «Pegaso» se ha estado perdiendo poco a poco el esíritu sano de intercambio de ideas, de información y de crítica sana, así que en ocasiones pienso que antes de seguir perdiendo amigos, es preferible desaparecer éste espacio plural que ha demostrado su valor en tiempos críticos.
Los pegasos, como les digo, son de lo más participativo. Cuando ocurren situaciones de riesgo, casi instantáneamente podemos saber qué es lo que está pasando en las calles de la ciudad; o cuando hubo problemas con el suministro de la energía eléctrica se dio una dinámica en la cual pudimos conocer casi de inmediato lo que había pasado y cómo el servicio se restablecía paulatinamente.
Hemos intentado llevar la teoría a la práctica, pero por desgracia, no hubo la misma respuesta que en el mundo virtual, y los más entusiastas nos quedamos solos en una mesa de un restaurant con nuestras propuestas e ideas.
Previo a la Navidad del 2015 organizamos una preposada a la que asistimos más de treinta miembros del grupo y uno que otro colado. Hemos querido repetir la experiencia en diferentes ocasiones, pero la respuesta no es la misma.
Para no hacerla tan larga y cansada, el grupo ha servido para reforzar lazos de amistad, pero también se ha convertido en un referente para las personas que nos dedicamos a la abnegada profesión del periodismo, para funcionarios públicos, líderes y profesionistas que a lo largo del tiempo me han pedido que los incluya en él.
Termino diciendo que, como Administrador, me siento responsable de todo lo que se publica en el chat, pero debo mencionar que en ocasiones puedo no estar de acuerdo con algunos puntos de vista o posturas políticas, sobre todo cuando se trata de consignas y ataques malintencionados. «Pegaso» no se creó para eso. Conservemos el espíritu original y dejemos fuera las consignas.
Va, pues, el refrán al estilo de ésta columna: «A la extensión territorial a que te dirijas, es preferible ejecutar las acciones que percibas visualmente». (A la tierra que fueres, haz lo que vieres).