Por Pegaso
Si hemos de analizar las etapas que ha tenido la pandemia de coronavirus, debemos señalar las características de cada una de ellas, y así:
-Etapa 1: Entre los meses de enero y marzo de este año aún no había casos de COVID-19 en México. Se escuchaba en los noticieros nacionales e internacionales de una enfermedad parecida al SARS que se había originado en China, pero veíamos muy lejana la posibilidad de que llegara a México, o al menos, no tan fuerte, parecido a como ocurrió con otras pandemias que lograron contenerse a tiempo.
-Etapa 2: Tras los primeros casos, la mayoría de las personas aún no tomaban conciencia de la seriedad del asunto. Se empezó a recomendar el uso del cubrebocas y los cuidados para evitar la transmisión del virus. Muchos no hacían caso porque aseguraban que era un invento y preguntaban: “¿Acaso alguno de ustedes sabe o conoce a algún enfermo?”
-Etapa 3: La pandemia empezó a crecer de manera alarmante. Miles de personas contraían la enfermedad. Los incrédulos empezaron a usar cubrebocas porque vieron enfermar y morir a sus parientes, amigos o vecinos. En esta etapa, las autoridades decretaron el aislamiento total y por primera vez se restringió el cupo en los centros comerciales y en el transporte, y se cancelaron las actividades no esenciales.
-Etapa 4: Luego de un tiempo muy prolongado de casi medio año, la pandemia pareció ceder. En el Mundo, en el País y en la Región, los contagios fueron decreciendo y la gente empezó a salir de sus casas. Se reanudaron algunas actividades no esenciales.
Etapa 5: Es en la que estamos actualmente. Se anunció la distribución de la vacuna contra el COVID-19 y la gente ha retomado su vida normal, o casi. Aún se usa el cubrebocas, la sana distancia y el aseo de las manos, pero se nota una clara relajación. Por ese motivo, en algunos días el nivel de contagios aumenta y en otros es menor.
Todos, o casi todos hemos perdido amigos, familiares o conocidos durante la pandemia.
Recientemente se recuperó nuestro compañero y excelente amigo Eligio Elizondo Aguilar, editor del portal informativo Despertar Tamaulipas y Vicerrector de la Universidad del Norte de Tamaulipas.
Si todo sucede de acuerdo con lo programado, este viernes será intervenido en la clínica del IMSS de Monterrey por las secuelas que le dejó el coronavirus.
Por otra parte, fue sorpresivo que el “Médico de los Pobres”, Serapio Cantú Barragán, ex alcalde de Reynosa, haya contraído la enfermedad después de atender a muchos pacientes COVID en su consultorio.
Lo último que supe fue que, después de una ardua lucha por sacarlo adelante en un hospital particular de la capital regiomontana, su sistema había respondido satisfactoriamente al tratamiento. Aunque por la tarde algunos adelantados ya lo estaban dando por muerto.
Esperamos ver pronto a estos buenos amigos, Eligio y Serapio, completamente recuperados.
El SARS-CoV-2, causante de la enfermedad conocida como COVID-19, es un agente que ataca el sistema respiratorio, pero también provoca duras secuelas en otros aparatos del cuerpo y se requiere de rehabilitación por mucho tiempo para volver a la normalidad.
Por ese mismo motivo, es necesario que sigamos con las medidas de prevención.
Hay que evitar, por ejemplo, las grandes aglomeraciones durante los festejos de la Virgen de Guadalupe, las posadas y las fiestas de fin de año.
Aunque se pueden disfrutar los buñuelos, el champurrado y el pavo, es mejor comerlos con precaución, ya que ahora se sabe que el coronavirus ataca principalmente a los hipertensos y diabéticos.
Por ahora, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Debemos abstenernos de indagar si el felino cuenta con tres apéndices, teniendo el conocimiento de que posee cuatro”. (No hay que buscar tres pies al gato, sabiendo que tiene cuatro).