Por Pegaso
Yo coincido con lo que dijeron por separado la ex alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz y “El Perro Pantorrillero” de que aquellos aspirantes al Gobierno de Tamaulipas y demás políticos de MORENA deben dar la cara y hablar “a calzón quitado” sobre sus presuntos nexos con las mafias del huachicol.
Se deben deslindar ¡pero ya!, Américo Villarreal Anaya, uno de los punteros, José Ramón Gómez Leal, ex coordinador estatal de Programas Federales y Erasmo González Robledo, Diputado Federal, entre otros.
Lo hicieron en su momento la propia Maki Ortiz y el actual Coordinador de Delegaciones, Rodolfo González Valderrama, quienes avanzan firmemente rumbo a la candidatura.
A pesar de que el escándalo lo están utilizando los enemigos de la 4T a todo lo que da, ni ellos se van a salvar si se profundiza en las investigaciones y algunos de los involucrados empiezan a hablar.
Porque durante varios años, desde que el actual Gobierno Estatal tomó posesión, en el 2016, se habla de la complicidad con los hermanos Carmona en el control de las aduanas de Tamaulipas y el contrabando descarado de hidrocarburos (huachicol), así como el apoyo económico a los candidatos del PAN.
Cientos de pipas cruzan a diario por los puentes de Matamoros, Río Bravo, Reynosa y Nuevo Laredo para inundar al país con gasolina procedente de los Estados Unidos, evadiendo sumas multimillonarias por concepto de impuestos.
En un momento dado, allá por el 2018 o el 2019, los Carmona dieron un golpe de timón y dejaron de apoyar a los abanderados del PAN para hacer tratos con los de MORENA, hasta donde se puede seguir todo este enredo, intrínguilis, mame o tejemaneje.
De tal manera que todos están embarrados de estiércol, y el que escupa para arriba puede recibir la bazofia en plena cara.
Es imperioso que se aclare hasta qué profundidad llegó, o sigue llegando la corrupción con las mafias del huachicol.
Parece que el Pejidente ALMO tuvo conocimiento de que sus muchachitos agarraban lana de los Carmona para financiar sus campañas desde hace varios años y no hizo nada para frenar esa complicidad maligna.
Pero si todo esto es una gran mentira para tratar de manchar la imagen de los políticos de la 4T y solo se trata de guerra sucia, deben dar la cara y deslindarse definitivamente. O si tienen algo que decir, que lo digan, pero desde su postura de ciudadanos comunes y corrientes.
Los dichos populares son sabios. Y cuando digo que los involucrados deben hablar “a calzón quitado”, quiero decir que deben soltar toda la sopa.
Si realmente fueron financiados con recursos ilícitos, cuánto recibieron, cuáles fueron sus compromisos, hasta dónde alcanzaron las complicidades…
No sé si mis dos o tres lectores estarán de acuerdo conmigo, pero no creo que eso llegue a pasar.
Se van a hacer pendejos por algún tiempo y después se olvidará el asunto, como si no hubiera pasado nada.
Incluso, si alguna vez le preguntan al Pejidente, se limitará a repetir su socorrida frase: “Yo tengo otros datos”.
Por eso nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Tan malévolo el moteado como el bermejo”. (Tan malo el pinto como el colorao).