Por Pegaso
Todavía retumban en mis castos oídos aquellas palabras llenas de enjundia que salían del ronco pecho de un candidato a gobernador echado para adelante.
Francisco García Cabeza de Vaca, postulado por el PAN, decía, al referirse a los gobiernos priístas: “No solo son corruptos, sino que también son malos para gobernar”.
Después de sus discursos llenos de verdades a medias o de mentiras completas, terminaba diciendo: “Ni me doblo ni me vendo”, enardeciendo a la multitud de simpatizantes que llenaban los salones en donde se presentaba.
Y más euforia causaba cuando remataba con aquella su famosa frase: “De que se van, ¡se van! De que se van, ¡se van!”
Y ahora, a poco más de cinco años de que tomó el poder, tiene que tragarse sus propias palabras, al encabezar un gobierno tan corrupto como el de sus antecesores priístas.
A lo largo de su mandato, ha hecho y desecho, ha tenido tratos con delincuentes, como los Carmona, ha endeudado al Estado, se ha enriquecido asquerosamente, comprando ranchos, propiedades, avionetas y vehículos de lujo.
No por nada la Fiscalía General de la República anda tras sus huesitos, y lo acusa de delincuencia organizada, lavado de dinero, defraudación fiscal equiparada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, más los que se acumulen.
Aparte de la red de complicidades que tejió a su alrededor, donde están involucrados funcionarios de primer nivel de su administración, así como sus “manitos” Ismael y José Manuel, su mamacita, su suegro y hasta su consorte, se sabe que ha adquirido por lo menos 30 propiedades en Texas y Tamaulipas, con un valor de 951 millones de pesos mexicanos, las cuales fueron compradas por empresas vinculadas a su familia.
Pero además, para llegar a donde está y para hacer lo que hizo, durante los más de veinte años que tiene de carrera política, aplastó y humilló a muchas personas.
Y aquel humilde chamoyero se convirtió en todo un potentado.
Cabeza de Vaca, viendo lo que se le viene encima, continúa con su afán de imponer a su “manito” Ismael como candidato del PAN a la gubernatura.
Heredarle el puesto garantiza que podrá salirse con la suya, retirarse a San Pedro Garza García con su padrino Egidio Torre Cantú y desde allá gobernar el Estado a través del inútil de su hermano, o de algún candidato a modo de MORENA.
Porque, después de lo que le ha hecho al “Truco”, dudo mucho que éste quiera cuidarle las espaldas al terminar su mandato, si llega a ganar la elección.
Hay que recordar que César Verástegui ha hecho una campaña muy intensa, posicionándose en todos los municipios y logrando una movilización sin precedentes.
Todo ese esfuerzo parece que se va a ir al excusado si prevalece el capricho del Gobernador de imponer al hermano incómodo. Hasta se habla de un “Plan B” por parte del todavía Secretario General de Gobierno donde, si le hacen una chacalada en el PAN, estaría apoyando a otra opción política.
Pero por increíble que parezca, tras los resultados que arrojó la encuesta de MORENA, parece que Cabeza de Vaca recobra las esperanzas de salir de esta vivito y coleando.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Individuo que la confecciona, la amortiza”. (El que la hace, la paga).