AL VUELO/ Chistoretes 

Por Pegaso

De mi repertorio de chistes crueles: 

Le pregunta un tipo a otro:  

-Oye, ¿tú te[H1]  acostaste con tu mujer antes de casarte con ella? 

-No, ¿y tú? 

-Bueno, sí, pero no sabía que te ibas a casar con ella. 

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Un niño le dice a su papá: 

-¡Papá, papá! ¿Me puedes llevar al circo? 

-¡Ahhh, no! El que quiera venir a verte que venga a la casa. 

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Despierta la abuela después de su siesta: 

-¡Eso! ¡Ahoguen al desgraciado! 

-¡Calle, abuelita! Estamos en un bautizo. 

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Un niño a su mamá: 

-Mamá, ¡me duele mucho la cabeza! 

-¡Claro! Con ese tumorsote que te cargas. 

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Pregunta: ¿Por qué no se puede engañar a un bebé abortado? ¡Porque no nació ayer! 

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Iba un avión de Aeroméxico, en el vuelo de Reynosa a la Ciudad de México. De pronto, el piloto se dirige a los pasajeros diciendo que los motores habían dejado de funcionar y la nave se estrellaría. 

Una mujer se levanta y grita: “¿Hay alguien aquí lo suficientemente hombre para hacerme sentir mujer por última vez? 

En eso se levanta un tipo, se quita la ropa y le dice: “Toma, plánchame esto”. 

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Un niño le dice a su mamá: 

-¡Mami, mami!¿Puedo mecer al abuelo? 

-No, hasta que sepamos quién lo ahorcó. 

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Un enano se acercó a un hombre en la calle y le pregunta: 

-Señor, ¿cómo llego al metro? 

-¡Juar, juar, juaaaaar! Usted no llega ni a los 60 centímetros. 

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Un tipo de dice a otro: 

-En mi casa éramos tan pobres, tan pobres, que comíamos a la carta. 

-¡Hombre! Eso no es de gente pobre. 

-Sí. El que sacaba la carta más grande era el que comía ese día. 

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Un padre de familia pobre a sus tres hijos: 

-Niños, ¿quién quiere un peso por quedarse sin cenar? 

-¡Yoooo!-dice Juanito Monserrat. 

A la mañana siguiente vuelve a preguntar: 

-¿Quién quiere almorzar? 

-¡Yooooo! Levanta la mano Juanito. 

-Pues devuélveme el peso,-le dice el amoroso progenitor. 

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-Oye, papá-dice un chaval-. ¿Por qué el abuelo corre encuerado por la calle? 

-¡Cállese, chamaco! Y tráigame más cartuchos. 

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-¡Mami, mami! ¿A quién le está sacando la lengua mi papá? 

-A los que lo ahorcaron, m’hijo. 

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-Oye, papi, ¿por qué estamos empujando el carro al barranco? 

-¡Shhhtttt! No vayas a despertar a tu mamá. 

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El niño va a la azotea, donde su mamá está lavando la ropa y le dice: 

-Mami, ya no quiero dormir con mi hermanito. 

-No esté molestando y váyase a la cama. 

-Pero, mami. Yo ya no quiero dormir con él. Huele muy feo. 

-¡Pues se aguanta! Todavía no hay dinero para enterrarlo. 

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