Por Pegaso
Andaba yo volando allá, cerca de la colonia del Prado, porque se anunció que se realizaría la Consulta Ciudadana sobre los nuevos Reglamentos Municipales y pues quise saber cuáles iniciativas o propuestas presentaría la sociedad civil para la mejora de nuestro entorno comunitario.
Por ahí saludé al doctor Patricio Mora Domínguez, Pat Blackberry Sundays, traducido al inglés, o como le decía Eugneio Hernández, «el veracruzano de Pittsburg», quien traía una novedosa y nunca antes vista proposición.
Su idea, inspirada en una compañía recicladora de Los Angeles, consistió en que es necesario reciclar los condones que la raza tira al drenaje después echar pata en algún hotelucho de paso.
Todos esos hules van a dar directamente a las lagunas de aguas negras, o como se les llama hoy pomposamente, Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR).
Según Mora, en Los Angeles se rescatan los condones y el material de látex con que están hechos se utiliza para fabricar otro tipo de artículos (no quiero pensar cuáles).
La propuesta que presentó en la mesa de Ecología y Medio Ambiente sorprendió a algunos por lo novedoso y original, pero como el resto de las ideas, se integró al expediente que será posteriormente analizado por el Cabildo.
Aunque la noticia se puede prestar a broma, la verdad es que no se trata de un asunto superficial.
En el drenaje sanitario no sólo se vierten condones usados, sino miles de objetos de material que tarda años o décadas en degradarse, y eso a largo o corto plazo redundará en contra de nosotros mismos.
Para quienes no saben lo que es un condón, les diré que se trata de una funda fina y elástica hecha de látex u otro material similar con que se cubre el pene al realizar el coito. Sirve para impedir que la mujer quede embarazada y para prevenir contagio de enfermedades sexuales.
Una vez definido el término, han de saber mis tres o cuatro lectores que los hay en todos tamaños, colores y sabores.
Tan sólo la marca Sico, una de las más populares, ofrece muchas variedades y prestaciones, por ejemplo, para mayor seguridad, Sico Safety Feel, para diversión y aventura, Sico Hot Pleasure Feel, Sico Pleasure Feel y Sico Tropical Feel; para mayor sensación, Sico Sensitive Feel, Sico RealFeel, Sico Ultra Sense y Sico Ultra Sense Feel.
La marca Durex ofrece una gama de sabores como plátano, cereza y frutas tropicales, de colores rojo, amarillo, fiucha y fluorescentes.
Pero también los hay de fantasía, como el condón Smoking, que se vende en sexshops de cualquier ciudad.
Inclusive hay condones políticos. En Internet se puede leer: «Si obama sacó los suyos, ¿por qué los políticos mexicanos van a quedarse atrás?», y se muestra un sobrecito con la sonriente cara del expresidente norteamericano y la leyenda: «Úsese con responsabilidad».
Aquí la sugerencia para nuestros políticos sería que cada quien saque su marca y empiecen a repartirlos durante las campañas políticas en lugar de llevar despensas a la gente amolada.
López Obrador sacaría su «Pejecondón»; Margarita Zavala su condón color lilita con una crucecisa a un lado, Miguel Angel Osorio Chong, uno amarillo con sabor a rollo primavera y El Bronco… ¡pues su Broncocondón especial sabor burrito norteño!
Y como en la red se puede encontrar de todo, hallé una página que se dedica ¡a la cata de condones!
Sí, como usted lo leyó, ese sitio web se dedica a probar todo tipo de cosas raras, como preservativos y lubricantes de sabores.
«Con la intención de ofrecer una información rigurosa y proceder a una cata seria, contactamos con Condom&Co, expertos en la materia que llevan un porrón de años vendiendo todo tipo de preservativos y cosmética erótica. La empresa no sólo nos mandó un kit de muestras, sinoq ue se ofreció amablemente a sacarnos de ciertas duras»,-dice la presentación de esa página que se llama Gastrogonzo, y es española, para variar.
De esa manera, primero degustaron el sabor Tutti Frutti de los condones marca Durex y le dieron una calificación de 8; al de sabor frutas y chocolate, lo calificaron con un 4.5, al de Sexy Tutti Frutti, un 4 y al de frutas variadas, otro 4.
Aparte, los hay texturizados, ultrareforzados, con pinchos, con estrías y hasta con extensiones, por quienes no han sido muy favorecidos por la Madre Naturaleza.
En fin, el tema de los condones es infinito, como infinita es la inventiva humana.
Bien haría Patricio Mora en traerse una filial de la compañía recicladora que opera en Los Angeles para empezar a reciclar todos los condones que se tiran al drenaje.
La experiencia la tiene. Hace ya casi tres décadas que llegó a Reynosa con el proyecto de establecer un resort tipo Las Vegas con casino a fin de atraer al turismo norteamericano y después se hizo líder de la comunidad veracruzana y últimamente activista en pro de los derechos de los migrantes.
Ya por último va un chistorete de tono picante: «Un señor de mediana edad llega a una farmacia y pide un condón. El dependiente se disculpa porque nada más quedan de dos colores, negro y fiucha con puntitos amarillos. Resignado, compra el de color negro. Cinco años después lo vemos sentado en su cómodo sillón, en la sala de su casa, leyendo el periódico. Un niño pequeño se asoma entre las hojas del diario y le pregunta: «Papi, papi, ¿por qué yo salí negrito, si tú y mamá son blancos? Con tono ceñudo le responde el tipo: «¡Antes dí que no saliste fiucha con puntitos amarillos!»
Dicho lo anterior, los dejo con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: «Y tu paleta, ¿de qué la quieres?». (Luego, entonces, tu postre elaborado a base de hielo saborizado insertado en una pequeña tablilla de madera o plástico, ¿de qué extracto frutal lo prefieres?»