Por Pegaso
¿Ven? Ya lo decía yo en una colaboración hace unas tres semanas: El uso de cubrebocas se ha vuelto una tendencia chic.
Olvídense del pedazo de tela que va agarrada con un cordón de las orejas. Tampoco el modelo N-95 está in.
Lo de hoy, lo de hoy, son los tapabocas que traen diseños inspirados en nuestros artistas favoritos, programas de televisión, series de Netflix o películas de superhéroes.
Váyase con don Pedro Máscaras y encárguele una de Pimpinela, si prefiere a los luchadores exóticos, o de Mil Máscaras, si es usted un macho calado.
Salga a la calle con estilo. Siga el ejemplo de Paris Hilton o las Kardashians, quienes han encargado exclusivos diseños a Coco Chanel y Valentino, para hacer juego con sus costosos vestidos de coctel y sus perros minitoy.
Vea que el color y las líneas hagan juego con su bolsa de vestir o su peinado. Si va de compras, apantalle a las viejas fodongas que andan con su tapaboca sencillo comprado en algún puesto callejero.
Use guantes y careta transparente a juego con su glamoroso protector bucal. Presúmalo. Diga que es lavable y que dura chorromil lavadas, antes de botarlo a la basura y estrenar uno nuevo.
Cuando vaya en el vehículo y lo pare algún agente de tránsito-ahora que entró en vigor el nuevo decreto de la «doble circulación»- el cumplido agente vial verá que es un ciudadano modelo, que cumple con todas las disposiciones y coopera con los esfuerzos gubernamentales para contener el avance del coronavirus.
Unos días atrás había yo recomendado a un buen amigo, Mauricio De Alejando, para que, en su calidad de influencer colocara un cubrebocas a la estatua de Morelos que está en el bulevar que lleva su nombre, frente a la entrada a la colonia Los Leones.
No quiso o no pudo hacerlo, pero ayer otro ciudadano, Manuel Párate Lazcano llegó con una manta de las que se usan en las campañas políticas, la amarró alrededor de la cabeza olmeca que está frente al puente internacional y así quedó inmortalizado ese acto simbólico.
Ahora que, hubiese estado mejor que siguiera la tendencia chic, y en lugar de una manta le hubiera colocado una ráplica de la máscara de El Santo.
Pero esos ya son detalles sin importancia.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso: «De la tendencia, al individuo que mejor le favorece». (De la moda, a quien le acomoda).