Por Pegaso
Me voy.
Con esta columna digo adiós.
El Pegaso dejará de volar.
Y es que después de mi vuelo vespertino de ayer empecé a recibir una serie de llamadas, a cual más amenazante donde me decían que cesara de elaborar y publicar esta columna, ya que estaba afectando ciertos intereses que no quisieron explicarme.
A lo largo de las más de 700 colaboraciones que he enviado a este espacio informativo han desfilado decenas, cientos de nombres y no puedo recordar alguno a quien en particular pude ofender o vulnerar.
Por aquí pasaron El Peje, El Trompas, Henry Rockhill Grandchild, El Lonje Moco, el Padre Otero, la Chabelita, Pancho Chamira, Wato Roux y muchos otros inolvidables personajes que forman parte del colectivo popular.
Este remedo de columna, lo digo con la mayor humildad posible, es monitoreada constantemente no sólo por el CISEN y por Inteligencia Militar, sino también por la mayoría de las agencias de inteligencia del mundo, como la CIA, la Interpol, el M16, la DEA y el HEB; por consiguiente, se entiende que lo que se expone aquí es de la mayor relevancia para mantener intacto el orden mundial.
En los más de cuatro años de estar activos se han hecho aquí sesudos análisis de las más relevantes actividades y situaciones públicas del país, desde las muy hilarantes exclamaciones de nuestro Presidente hasta las jocosas ocurrencias de La Chabelita.
Durante las elecciones para Gobernador, en el 2016, pudimos organizar y promover un bonito certamen para premiar al político más lépero e irreverente de Tamaulipas, presea que, como ya lo sabemos, quedó en manos del candidato del Movimiento Ciudadano, Gustavo Cárdenas.
El Pegaso de Oro, pues, se entregó de manera virtual, y ya no tendrá una segunda edición.
Gracias a mis dos o tres lectores por aguantar mis ocurrencias, bromas y disparates durante todo este tiempo.
Siempre me empujó el deseo de ofrecerles a los políticos, burócratas, periodistas y líderes de opinión un momento ameno antes de iniciar el día, bajo la convicción personal de que el humor es algo serio y además, un político que empiece su día sonriendo tomará mejores decisiones para beneficio de su amado pueblo.
Nunca me gustaron las despedidas, así que prefiero salir volando hacia la estratósfera, a recostarme en mi mullido cumulonimbus o a sentarme en mi nubecilla viajera, viendo pasar sin pena ni gloria los sucesos del diario devenir de la historia.
Nota de la Redacción: ¿A poco se la creyeron? Recuerden que hoy es 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. «¡Cándidas colúmbidas que fueron víctimas de tal estratagema»(¡Inocentes palomitas que se dejaron engañar!)