Por Pegaso
Andaba yo volando allá, sobre la plaza Miguel Hidalgo, donde la noche del 15 de septiembre se realizó la ceremonia del Grito de Independencia y a la mañana siguiente, el tradicional desfile conmemorativo.
Ví a muchísimas personas, hombres, mujeres y niños, repletos de fervor patrio.
Alguien podría pensar que los valores cívicos no se han perdido, que la mexicanidad (Ojo, Neto Quiñones) está ahí, intacta y que las nuevas generaciones vienen pujando fuerte para convertirse en ejemplares ciudadanos y amorosos padres.
Pero, como decía Adal Ramones… ¡Pues no es ciertooooo!
Desde arriba, del templete donde estábamos los reporteros, esa noche pude contar al menos cinco mujeres jóvenes y no tan jóvenes, y un grupo mayor de chavos con tatuajes en los hombros, pantorrillas y brazos. Parecían ex presidiarios o algo así, por el estilo.
Mucho se ha hablado de las generaciones perdidas. Muchachos que hoy tienen entre quince y veinticinco años dedicados a delinquir.
En la ciudad de México ha surgido una banda de niños ladrones. Les llaman «Los Diablillos».
Algunos videos muestran, efectivamente, que varios de ellos son menores de edad, pero sus líderes son individuos completamente adultos.
Lo que quiero decir es que los límites entre la adultez y la niñez se están perdiendo y ahora es cada vez más frecuente encontrarse con niños sicarios de hasta doce o diez años de edad.
A como vamos, dentro de poco tiempo tendremos niños de cuna amafiados para robarle el biberón a sus vecinitos.
Este fenómeno, el de la delincuencia precoz, es producto de varios factores, a saber:
-El empobrecimiento de las familias y la violencia intrafamiliar por causa de la carencia de dinero.
-La ampliación de la brecha entre ricos y pobres.
-El consumismo.
-La impunidad, y otros.
Es decir, que en México el 99.99999….% de los delitos queda impune. Los chamacos de las barriadas ven que pueden delinquir y nadie les va a decir o a hacer nada porque no hay policía que alcance para contener los atracos.
Pero hay más.
Tengo en mis manos un documento que ya he publicado en anteriores ocasiones llamado «Identificación de los niños con aspectos de la narcocultura», elaborado por alumnos de la carrera de Criminología de la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa-Aztlán. Se hizo una encuesta entre 174 niños de 4to., 5to., y 6to. de primaria durante el ciclo escolar 2012-2013, sobre tres aspectos de la narco cultura: Tipo de vehículos, tipo de armas y tipo de música.
Los resultados fueron aterradores: El 65% de los niños y el 54% de las niñas se sienten atraidos por camionetas Escalade, de las más usadas por los delincuentes. Otros vehículos muy populares entre los párvulos son la Tahoe, la Avalanche y la Monstruo.
Al mostrárseles varios tipos de armas, un porcentaje similar de niños y niñas se inclinarion por la AR-15, seguido de la AK-47, la Barret y las granadas.
De los intérpretes musicales y tipo de música, 50 niños y 21 niñas adoran el ritmo de Cano y Blunt, pero también gustan de la música de El Komander y la Banda MS.
Los autores del estudio concluyen que «el 98% de los niños se identificaron con la narcocultura y tienen la predisposición hacia una posible conducta desviada del narcotráfrico».
Tengo aquí copia de ese documento, por si a alguien le interesa.
Puede que aún la mayoría de los ciudadanos sigan siendo gente buena y trabajadora, pero yo no metería las manos al fuego por los tatuados, o por los chavos que escuchan música del Komander, o por los que repiten mucho las palabras usadas por los narcos, como «apá», como «panochón», como «buchón», como «levantón», como «compa», como «plebe», etcétera, porque ya desde chiquillos llevan el virus de la narcocultura en la sangre.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso, de la autoría del tristemente célebre Pablo Escobar Gaviria: «Al can que cuenta con riquezas se le denomina Caballero Canis familiaris». (Al perro que tiene dinero se le dice Señor Perro).