Por Pegaso
Andaba yo volando allá, por el sur poniente de la ciudad, buscando una sombrita para resguardarme del infausto calor de la canícula. Me puso a descansar un ratito bajo un huizache pero ahí me dí cuenta de la absoluta carencia de la cultura de limpieza que nos ha caracterizado a los reynosenses durante muchos años.
A un lado de la avenida San José, frente al conjunto residencial del mismo nombre, se está formando un gran basurero a cielo abierto. Colchones viejos, sillones inservibles, bolsas con basura, llantas de desecho, todo se va acumulando y es cuestión de tiempo para que lleguen los carretoneros a depositar los desechos y los pepenadores a buscar alambre de cobre o latas de aluminio.
Tal parece que el Ecoloco tiene residencia permanente en la ciudad. Se acabó el programa Odisea Burbujas y se vino a vivir aquí.
Bajo aquel mezquite vinieron a mi memoria mis años mozos, cuando en una televisión de caja en blanco y negro veía a los personajes de esa serie cómica: El Profesor Memelovsky, Patas Verdes, Pistachón Zig Zag, la bella Mafafa Musguito, el insufrible Mimoso Ratón y el apestoso Ecoloco.
El programa dirigido al público infantil trataba de la lucha entre el bien, personificado por Memelovsky y sus «personajes de caricatura» contra el mal, o sea, el Ecoloco.
Generalmente se narraba una aventura en el espacio y el tiempo donde personajes históricos alternaban con los protagonistas, hasta que llegaba el Ecoloco y lo echaba todo a perder, contaminando todo con su «mugre, basura y smog».
Al final venía la moraleja cuando el bien triunfaba sobre el mal y quienes tiraban basura o contaminaban recibían su merecido.
Pero el Ecoloco se vino a Reynosa y aquí echó raíces muy profundas.
Veo y escucho que en cada una de las audiencias y brigadas a las que acude la alcaldesa Maki Ortiz, insiste a la gente que limpien el frente de sus patios y que pongan la basura en su lugar, pero parece que les entra por un oido y les sale por el otro.
Década tras década, el problema de la limpieza ha sido el talón de Aquiles de las administraciones municipales.
Sé que el Cabildo de la Ciudad hace su mejor esfuerzo para acabar de una vez por todas con el tema de la recolección, disposición y gestión final de los desechos urbanos, pero para esto es necesario contar con la cooperación de la ciudadanía.
No bastará que haya flamantes camiones recolectores, o que se abra un relleno sanitario para depositar la basura sin que ésta contamine el medio ambiente. También se requiere que nos pongamos el chip, cada uno de nosotros, y hagamos el esfuerzo por tirar la basura en su lugar, por no usar los terrenos baldíos o la calle como depósito, por clasificar nuestros desechos y darles el destino que corresponde.
De esa manera, pronto veremos cómo el Ecoloco se retira de Reynosa.
Hace mucho tiempo, durante la Administración Municipal de Ramón Pérez García, surgió la iniciativa para crear un sistema de gestión de la basura.
Para tal efecto se creó una empresa llamada «Reynosa, Proyecto del Futuro», que con el paso del tiempo sería absorbida por Reco.
En esa época le propuse al alcalde que se armara una campaña de concientización basada precisamente en los personajes de Odisea Burbujas.
Nos traeríamos al Ecoloco-o al menos la botarga- para que hiciera sketches dirigidos a los niños y no tan niños de Reynosa para que tomaran conciencia que tirar basura, a la larga, resulta en perjuicio de nosotros mismos.
No se logró el proyecto, pero parece ser que el personaje nos tomó la palabra y se vino a vivir de manera permanente.
Ahí, donde usted vea un montón de basura, estuvo el Ecoloco. Si vemos que alguien tira un papel en la calle, definitivamente está poseído por el espíritu del Ecoloco.
El Ecoloco está en las calicheras, en los ejidos, en las brechas, en los baldíos suburbanos y hasta en los patios de nuestras casas.
No nos contenemos cuando vamos en el auto y queremos deshacernos de una bolsa de papitas o una cáscara de plátano. Simplemente los tiramos por la ventanilla y ahí se quedan.
En ciudades grandes, como México, Monterrey o Guadalajara, los camiones recolectores de basura salen muy temprano a hacer su recorrido, y al mismo tiempo un ejército de barredores vistiendo un overol anaranjado, con escobas hechas de hierbas, se dedican a limpiar toda la suciedad de las avenidas.
En Reynosa no le sigamos haciendo el juego al Ecoloco. Ya llegaron los 23 nuevos camiones recolectores y está en puerta la designación de un relleno sanitario para depositar la basura.
Es tiempo de generar una intensa campaña de difusión y concientización dirigida hacia la población en general y solucionar de una vez por todas un problema que se viene arrastrando de mucho tiempo atrás.
Quédense con el refrán estilo Pegaso: «Hogazas elaboradas con masa de harina de trigo rellenas de carne condimentada y recipientes de laboratorio utilizados para disoluciones». (Tortas y retortas).